El jueves el dólar registró su mayor caída diaria desde la crisis de 2009. Expertos explican cómo puede influir esto en el alto precio de la bencina.
No ha sido una semana fácil para los automovilistas. Si primero fueron los tacos los que les provocaron un dolor de cabeza, ahora los precios de la bencina, que siguen por las nubes.
Durante 2018 los distintos octanajes han subido casi $85 y este viernes el promedio de la de 97 en los servicentros era de $885. En algunos, incluso, sobre los $900.
Las quejas de los consumidores fueron escuchadas por el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien el jueves aclaró cómo sería esta alza si no existiera el famoso Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco): “A través del Mepco se está entregando un subsidio para amortiguar el alza”.
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El economista de la Universidad Santo Tomás Alejandro Puente explicó que se debe a que países como Venezuela han reducido fuertemente su producción y al conflicto entre Estados Unidos e Irán: “Estas tensiones están reflejándose en el precio del petróleo a nivel internacional. A eso hay que sumarle lo que está ocurriendo con el tipo de cambio”.
Hace 10 días el dólar estuvo imparable, acercándose a la barrera de los $700. Pero muy distinto es el panorama que se observa ahora. El jueves el tipo de cambio registró su mayor caída diaria desde la crisis financiera de 2009 y este viernes cerró en $664. O sea, en solo dos días, cayó alrededor de $20, lo que podría dar un respiro a los bolsillos de los chilenos.
Sin embargo, el gerente de Alpari Research, José Giraz, explicó que si el petróleo no baja, el efecto del dólar puede anularse. “Que caiga el dólar puede significar que las bencinas puedan caer en las próximas semanas, pero siempre y cuando el petróleo también caiga, y eso no ha pasado, al contrario, ha subido”, indicó.
Puente, en tanto, señaló que la caída del dólar “debiese tardar aproximadamente un mes en reflejarse en el precio de las bencinas”.
En el corto plazo, el dólar se mantendría estable entre los $665 a $670. Esto, sujeto a que el cobre siga subiendo y se reduzca la incertidumbre internacional.
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