“Los grandes ganadores de la implementación de esta ley, más que el planeta, son los dueños de retail", afirmó Carlos Romero, socio director de operaciones de Integral Chile.
Su especialidad es ayudar a esas empresas que están en crisis y buscar financiamiento y sobre todo una asesoría para seguir funcionando. Pero no solo se trata de conseguir el capital, si no saber exactamente qué es y cuánto es lo que necesitan, las proyecciones de del negocio, saber si es posible o no que sigan adelante, tratar con acreedores, y obtener nuevos plazos.
Es lo que hizo Integral Chile hace poco más de un mes con la empresa Plásticos Mendoza, que se vio sumergida en una crisis, producto de la ley puesta en marcha el pasado 3 de febrero y que elimina definitivamente del retail y supermercados, la entrega de bolsas plásticas a los consumidores, o las conocidas también, como bolsas camisetas.
Una realidad que los golpeó en la cara y que les significó reducir su producción a un 50%, terminar con cientos de puestos laborales y enfrentarse a una situación crítica, tras la cual les era muy difícil seguir funcionando.
Sin embargo, lograron acogerse a la ley 20.720, lo que les permitió someterse a un procedimiento concursable de reorganización empresarial, en el que se llega a un acuerdo con proveedores para poder seguir funcionando y evitar el cierre total.
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Carlos Romero, Socio Director de Operaciones de Integral Chile, explica que muchas empresas se enfrentan a este tipo de crisis por cambios en la legislación, principalmente cuando estos cambios, se realizan, como es el caso de la ley de bolsas plásticas, de manera rápida, sin darle tiempo a los involucrados, para buscar una solución efectiva a largo plazo.
“Fue una ley que se implementó de manera muy rápida, y ayudó lo popular de la ley, ya que es aceptada por la mayoría de la población. Sin embargo, afectó gravemente a muchas empresas, dejó sin trabajo a cientos de personas, tanto quienes trabajaban en las empresas de plásticos, como los mismos empaquetadores, que han visto disminuida su fuente laboral”, señaló.
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Además, el experto, ve cómo este costo no lo está pagando nadie más que el consumidor, ya que son ellos, los que hoy deben gastar su dinero, en un producto que antes tenían gratis.
“Los grandes ganadores de la implementación de esta ley, más que el planeta, son los dueños de retail. A ellos les quitamos el peso de tener que comprar y proveer de bolsas plásticas a los consumidores y les pasamos esa responsabilidad a quienes van a comprar a sus locales. Se apoyan en una ley que beneficio al medioambiente, para evitar un gasto millonario. A esto se suma que, las personas debieron reemplazar por las bolsas reutilizables, que son hechas de un plástico mucho más difícil de eliminar. Además, muchas personas utilizaban estas bolsas camisetas, para poner ahí los desechos o basura, y eliminarlas por ductos. Sin embargo, hoy deben comprar bolsas de basura para esto, las que además son hechas de un plástico mucho más grueso y por lo mismo más contaminante”, señala Carlos Romero.
Por lo mismo, expertos señalan que existe un lado B de esta ley, y el precio lo paga el consumidor, trabajadores y en tercer lugar las empresas que debieron adecuarse a la nueva legislación.