La normativa busca reducir significativamente los tiempos para este proceso.
La normativa busca reducir significativamente los tiempos para este proceso.
El objetivo del proyecto de Ley de Quiebras que el Congreso está cerca de aprobar tiene como máxima el impulsar en vez de castigar. Se trata de una iniciativa que busca modernizar la actual legislación que data de 1982 y que, entre sus modificaciones, incluye una importante reducción en los tiempos, con el objetivo de que el emprendedor pueda recuperarse rápido de una experiencia fallida.
“Diferencia entre las pequeñas y las grandes empresas. De tal manera que las pequeñas empresas entren en un proceso expreso que les permita liquidar su negocio si no es viable en un plazo máximo de 7 meses”, afirmó Félix de Vicente, Ministro de Economía.
Previamente, este era un proceso que era igual para todas las empresas y que demoraba alrededor de 4 años y medio. Con la nueva ley, todo debe quedar resuelto en poco más de un año. Además, la normativa ofrece una opción de reorganizar las deudas y no solicitar la quiebra. De este modo se busca proteger a un emprendimiento con potencial, pero que no ha tenido buenos resultados económicos.
Pero no sólo las empresas estarían beneficiadas, también lo harían las personas naturales que no tienen los ingresos suficientes para cumplir con sus obligaciones. “El deudor va a poder acudir y va a poder renegociar sus deudas, sus obligaciones vencidas por más de 90 días, que superen un monto de 80 UF, van a poder renegociarlas con sus acreedores, por lo tanto se crea esta instancia que hoy día no existe”, explicó Josefina Montenegro, Superintendenta de Quiebras.
La iniciativa, impulsada por Conecta Mayor UC, la Pontificia Universidad Católica de Chile y El Mercurio, destaca a figuras de nuestro país mayores de 75 años y que aportan desde sus diversos ámbitos al país.
