Chile tiene actualmente un sistema mixto que contiene un componente estatal y uno de reparto. En cambio, en países como Argentina, el sistema previsional es netamente estatal. A continuación, revisamos los pros y contras de cada sistema.
En el contexto de la revisión de la propuesta constitucional, en la última edición de Agenda Económica PM se llevó a cabo una comparación de los sistemas de AFP de Argentina y Chile, siendo el primero uno completamente estatal y el segundo, mixto.
La economista y directora ejecutiva del Observatorio Perspectivas, Elisa Cabezón, explicó la complementariedad entre el sector privado y el estatal, junto con cómo los privados y el Estado pueden trabajar juntos para formar un sistema de pensiones bueno para los países.
¿Cómo funciona esta colaboración?
Argentina es un país con ausencia de esta complementariedad. Allí tenían un sistema estatal de reparto, en el que todas las cotizaciones de los trabajadores iban a financiar las pensiones de los actuales jubilados. En 1993, el país hizo una reforma en la que incorporan el sistema de capitalización individual con administradoras privadas, llamadas Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). Los argentinos podían elegir si sus cotizaciones iban al reparto o a la cuenta individual.
Las AFPJ se encargaban de invertirlo en mercados capitales y las personas podían elegir entre los sistemas.
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¿Cómo les fue a las AFPJ?
En los primeros años -entre 1994 y el 2000-, la rentabilidad alcanzada por la administradora fue de 12% promedio anual. Después, en el segundo período -entre 2001 y 2008-, esta rentabilidad cayó a 2,8%.
Lo que sucedió allí fue que a partir del 2000 hubo una intervención estatal. En el año 2000 Argentina estaba pasando por una crisis financiera, tenía muchas deudas públicas y necesitaba más recursos para financiar sus gatos públicos, por lo que se refugiaron en los fondos de pensiones. Obligaron a las AFPJ a que las administradoras compraran bonos estatales con los ahorros de los argentinos para financiar gastos estatales.
Con esto, en el 2001, Argentina entró en una situación de pago de su deuda pública, y eso tuvo un impacto muy negativo sobre la rentabilidad de los fondos de pensiones. Este es un ejemplo de una intervención del Estado al sector privado.
Luego, en 2008 hubo otra reforma en la cual el Estado argentino terminó con el sistema privado de pensiones, cerró las AFJP, y traspasó todo los fondos previsionales al sistema estatal de reparto.
¿Cómo le ha ido a Argentina con un sistema completamente administrado por el Estado?
A las administradoras privadas de otros países les fue mucho mejor que a la estatal de Argentina.
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¿Cómo funciona en Chile?
El caso de Chile, tenemos un sistema mixto cpm un componente estatal y un componente de reparto.
Esta complementariedad en nuestro actual sistema se ve en dos partes: primero, en la pensión total pagada -correspondiente a la pensión que reciben nuestros actuales jubilados, y por otra parte está el pilar solidario estatal creado en 2008, durante el gobierno de Michelle Bachelet.
El plan contributivo privado consiste en que las cotizaciones de los trabajadores van a un fondo individual propio de cada trabajador, y las AFP, que son privadas, están encargadas de invertir el capital de los trabajadores para que se multiplique en el tiempo.
Las AFP pueden invertir en cinco tipos de fondos, entonces, si se colocas un fondo inicial de 10 UF y se deja allí, este fondo crecerá en el tiempo.
Por otro lado, está el pilar solidario estatal, en el cual el Estado le paga una pensión a los jubilados financiadaa con impuestos generales. En 2019 y 2022 hubo reformas a este sistema, siendo esta última la Pensión Garantizada Universal.
La segunda parte en que se ve esta complementariedad es en la fiscalización del Estado sobre lo privado, existiendo de hecho la Superintendencia de Pensiones que está encargada de fiscalizar a las AFP para que hagan su trabajo.