"Nos pondremos a disposición de las autoridades -del sector que sean- para contribuir a las sanas políticas públicas, desde una actitud colaborativa y siempre teniendo como norte el desarrollo económico y social del país", dijo la nueva presidenta del gremio.
Esta tarde, la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) eligió a Rosario Navarro como presidenta para el periodo 2023-2025 con el 87% de los votos, convirtiéndose así en la primera mujer en liderar el gremio en 140 años.
Tras su elección, Navarro presentó a los integrantes de su mesa directiva: Oscar Hasbún, como primer vicepresidente y Gonzalo Said como segundo vicepresidente.
Asimismo, el Consejo General aprobó a los integrantes del Comité Ejecutivo: Matías Concha, Justo García, Katia Trusich y Heriberto Urzúa, además de los consejeros regionales Álvaro Ananías, Juan José Ronsecco, Lorena Schmitt, Juan José Ugarte.
“Nos pondremos a disposición de las autoridades para contribuir a las sanas políticas públicas”
En su discurso ante los consejeros del gremio, Navarro dijo que “estamos viviendo tiempos complejos para el desarrollo de la actividad empresarial y el futuro inmediato se vislumbra igualmente desafiante”.
“Tras más de dos años de debate constitucional y en medio de la discusión de reformas económicas fundamentales, como lo son la previsional y la tributaria, es indiscutible que como país necesitamos acordar las bases que nos permitirán aprovechar las oportunidades que los mercados globales nos entregan”, señaló.
En esa línea, agregó que “seremos muy firmes para levantar las ideas que promueven la actividad privada. Y con la misma convicción nos pondremos a disposición de las autoridades -del sector que sean- para contribuir a las sanas políticas públicas, desde una actitud colaborativa y siempre teniendo como norte el desarrollo económico y social del país”.
Sin embargo, la presidenta del empresariado enfatizó que “es evidente que para avanzar necesitamos reglas claras. Pero junto con esto también requerimos de legitimidad social para poder trabajar. Legitimidad que se basa en la confianza de nuestros clientes, trabajadores, proveedores, accionistas y vecinos”.
“Una empresa que atenta contra la confianza golpea la base de nuestra legitimidad como hombres y mujeres de empresas. Y eso no lo podemos tolerar”, sostuvo.
Finalmente, Navarro zanjó que “esto exige preocuparnos por que nuestras empresas cumplan siempre con las reglas del juego, pero también demanda poner a las personas en el centro de nuestro quehacer. No podemos normalizar, por ejemplo, las altas tasas de reclamo en postventa que registran algunas industrias”.