El 10 de septiembre de 2013, con motivo de los 40 años del golpe de Estado, los conductores anclas de CNN Prime entrevistaron en exclusiva al ex jefe de la DINA, quien cumplía condena en el Penal Cordillera. La conversación fue de tal impacto que provocó que el presidente Piñera anunciara el cierre del recinto y el traslado de Contreras a Punta Peuco. Aquí, Matamala y Rincón cuentan el tras bambalinas del más importante golpe periodístico de CNN Chile.
Daniel Matamala: «[Conseguirse la entrevista con Manuel Contreras] fue un trabajo bien largo y bien intenso de Cristián Echeverría y Felipe Leiva, [los editores] que fueron quienes estuvieron pidiendo la entrevista, tramitándola, consiguiéndola».
Daniel Matamala: «Preparación [para hacer la entrevista] hubo muy poca. Estaba la idea [de cómo hacerla], como uno siempre tiene un set de entrevistados que estamos buscando. […] Pero a nosotros básicamente nos dicen: “Váyanse al Penal Cordillera, porque es posible que nos den la entrevista”».
Mónica Rincón: «Se supone que iba a ser con más antelación y la verdad es que fue así como: “En un par de horas tienen que estar en el Penal Cordillera para entrevistar a Manuel Contreras”. Muchísimo nervio, muchísima ansiedad; además, eran los 40 años del Golpe de Estado, pero era un momento tremendamente relevante, era un momento histórico, era un hombre que sabíamos que nos iba a mentir de principio a fin».
Daniel Matamala: «Manuel Contreras era una persona tremendamente manipuladora que, en primer lugar, mintió durante toda la entrevista. Sabíamos que todo lo que decía potencialmente era mentira. No podías confiar en nada de lo que dijera. Y que en segundo lugar también nos intentaba manipular, claramente, nos intentaba intimidar, no sólo a nosotros, sino que a todo el entorno: a las personas que estaban ahí, él se sentía muy dueño de esta situación, y evidentemente tenía tácticas de manejo psicológico del ambiente. Para mí fue muy importante que estuviéramos en dupla, y también tener una dupla en la que tú sabes que puedes confiar completamente. Porque era muy agotador, en términos emocionales, estar ahí».
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Mónica Rincón: «Cuando llegamos allá, con Daniel solo alcanzamos a compartir una pauta preliminar que armamos entre los dos y luego acordar ciertas cosas, como nunca nunca decirle general, porque él ya no era militar y no merecía serlo. Nunca aguantar que dijera una mentira sin contrarrestarla, jamás; y no perder jamás la calma».
Daniel Matamala: «Fue una entrevista muy poco preparada, en términos de como generalmente uno prepara una entrevista tan importante, va con un montón de datos, con datos exactos del rol, de la causa no sé cuánto, y no teníamos nada de eso».
Mónica Rincón: «Recuerdo la entrada de Manuel Contreras al lugar, que nos observó de pies a cabeza, una mirada muy fría, un hombre muy frío, muy controlado, hasta que terminó poco a poco perdiendo el control. Creo que en eso fue una gran cosa que hiciéramos la entrevista entre dos, sabiendo colaborar, entendiendo que tenemos que ponernos al servicio de la noticia, lo cual es muy fácil de hacer con Daniel, porque en el fondo, cuando te hacía una respuesta que era muy desconcertante, estaba el otro listo para hacer la siguiente pregunta. Eso determinó que él [Contreras] perdiera los estribos y desnudara completamente quien era: un criminal».
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Daniel Matamala: «Con la Mónica fuimos haciendo postas: uno empezaba y cuando ya uno estaba como muy agotado, seguía el otro. Y eso creo que nos permitió también que él, un poco, se exasperara finalmente, y se saliera un poco de control, y terminara diciendo cosas que le jugaron en contra, como cuando trata de humillar al gendarme que estaba ahí custodiándolo, o una serie de cosas que dijo muy frustrado».
Daniel Matamala: «Esa entrevista se emitió completa. De hecho salimos y hay dos cintas… bueno… […] dos discos, digamos, con láser. Uno con las preguntas, y otro con las respuestas. Inmediatamente, tiramos al aire la grabación con las respuestas, donde nosotros no nos escuchamos, ni siquiera nos veíamos».
Mónica Rincón: «A la salida de la entrevista, decidimos de inmediato ponerla al aire, tal cual como estaba. De hecho, la primera vez que sale al aire [la entrevista] no están nuestras caras; están solamente nuestras voces. Quisimos justamente marcar que habíamos sido los primeros y la pusimos de inmediato al aire, lo cual implicó también la valentía y la confianza de nuestros editores, de que no había nada inapropiado y que se podía poner tal cual al aire sin ninguna edición. Fue muchísimo impacto y hubo muchísimas críticas del mundo de Derechos Humanos y de otras personas que criticaron por qué entrevistamos a un criminal, y nosotros siempre hemos defendido en CNN Chile ―y yo defiendo además― que no es para entrevistar a puros ejemplos de vida, sino a buenas y malas personas, a buenos y malos líderes, a buenos y malos políticos, a buenas y malas autoridades».
Mónica Rincón: «Defendimos que era completamente pertinente entrevistarlo. […] De hecho, esa entrevista creó el clima político ―no es que lo esperábamos o que supiéramos que iba a pasar en lo absoluto― para que el presidente de aquel entonces, Sebastián Piñera, pudiera cerrar el Penal Cordillera».