Paradigma del sueño americano, 33 años, genio informático de Sillicon Valley y millonario desde hace una década… Mark Zuckerberg, que siempre usó poleras y mandó a sus empleados a dar explicaciones, debió sentarse hoy ante el Senado norteamericano a darlas personalmente.
Detallar cómo fue posible que una empresa como Cambridge Analytica usara los datos de 87 millones de usuarios para hacer publicidad política personalizada en 2016, algo que en ese entonces Zuckerberg minimizó.
Hoy sabemos que la manipulación de los datos que entregamos a Facebook ha sido decisiva en la elección del presidente de Estados Unidos, en la salida del Reino Unido de la Unión Europea y que ha enriquecido los bolsillos de unos pocos, por cierto, de ninguno de los usuarios.
Sentado en el Capitolio reconoció su error, que no había hecho lo suficiente y que lo sentía…¿Qué tienen de distinto estas explicaciones con las que lleva dando hace 10 años? le preguntó un senador republicano. La respuesta fue la misma ¿Basta pedir perdón?
Ninguna sanción cambiará el curso de la historia con Trump de presidente y los británicos fuera del bloque europeo. Sin embargo, el quiebre que debiera producirse a partir de esta noche, con la imagen de un descompuesto Zuckerberg compareciendo en el Congreso, es la relación del usuario con esta red social, con todas las redes sociales…
Si la inflexión no la hace el Congreso norteamericano, la puede hacer usted con un par de pasos que paradójicamente hoy inundan las redes sociales. Zuckerberg podrá insistir en que no sabía… usted ya no.
La defensa del mandatario aseguró que él fue víctima de acoso sistemático por parte de la mujer que, 10 años después de enviados los mensajes, presentó la denuncia en su contra.