Sebastián Piñera comenzó su campaña para las primarias publicando las bases de su programa de gobierno.
Un documento de 24 páginas en que se enuncian medidas tan llamativas como bajar el impuesto a las empresas o eliminar el Transantiago.
Sin embargo, por ahora no hay detalles de los tres puntos clave que siempre deben acompañar una propuesta de política pública: cómo se implementa, cuánto cuesta y de dónde sale el dinero para financiarla.
Es de esperar que esa información llegue pronto, en Piñera y en los demás candidatos de la primaria: Felipe Kast fue el primero en plantear 130 propuestas, Manuel José Ossandón anuncia que presentará sus ideas este viernes, y en el Frente Amplio aún trabajan en sus propuestas.
Los programas de gobierno pueden ser vistos como un molesto trámite por las campañas; la presidenta Bachelet dijo en 2013 que nadie lee mamotretos, y recién presentó su programa 21 días antes de las elecciones. Ganó con facilidad, claro, pero luego fue sencillo para algunos parlamentarios hacerse los desentendidos con esos compromisos.
Es que se puede ganar sin un programa en serio, pero es muy difícil gobernar sin él. Y no sólo son titulares; el diablo está en los detalles, como demostraron los graves problemas a la hora de implementar las reformas del actual gobierno.
Que un candidato presente con tiempo un programa detallado, con estudios serios y financiamiento, es la mejor señal de que lo está tomando en serio a usted como votante y que también se está tomando en serio, no sólo la tarea de ganar una elección, sino una mucho más difícil: la de gobernar un país.
En Cuestión de Opinión, el conductor de CNN Chile Radio comentó la importancia de los permisos razonables para la construcción de estructuras. Esto a raíz del mortal derrumbe en Argentina, cuya causa habría sido trabajos clandestinos.