Daniel Matamala y resultados de la Casen: “Somos un país más desigual que en 2015 y eso cuestiona al gobierno anterior”
Por CNN Chile
22.08.2018 / 00:02
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"Es verdad, las reformas a la educación son a largo plazo. Pero también es verdad que los poderosos de siempre- por usar esa expresión de esa administración-, de acuerdo a esas cifras, hoy parecen más y no menos poderosos", dice el conductor de 360°.
Baja la pobreza por ingresos, pero no baja la que se mide por parámetros más amplios, como la educación o la seguridad social. Y la desigualdad empeora, con el 20% más rico llevándose 39 veces más que el 10% más pobre. 17 veces más después de impuestos y subsidios del Estado.
Pese al énfasis de la ex presidenta Bachelet en combatir la desigualdad, somos un país más desigual que en 2015 y eso por cierto cuestiona al gobierno anterior.
Porque es verdad, las reformas a la educación son a largo plazo. Pero también es verdad que los poderosos de siempre- por usar esa expresión de esa administración-, de acuerdo a esas cifras, hoy parecen más y no menos poderosos.
Es que la desigualdad no es sólo asunto de plata, también de poder. El círculo vicioso es que ingresos más concentrados, concentran también el poder para mantener una cancha social desnivelada. Tan desnivelada que nuestro índice de desigualdad hoy nos pone cerca de Guatemala y el Congo, y eso importa.
La desigualdad extrema horada la cohesión social, hace la democracia más inestable y vuelve a la igualdad de oportunidades una quimera y a la meritocracia una ficción.
Hay aquí lecciones de largo plazo que son ineludibles. Por ejemplo, que economías dependientes de explotar recursos naturales, como Chile, suelen ser más desiguales. Y nosotros seguimos básicamente lo mismo que hace 10 ó 20 años, con una productividad que además viene bajando sostenidamente desde los años ’90.
También que las economías más equitativas del planeta combinan libertad y condiciones para emprender con impuestos altos y una red de protección sofisticada. No basta con el chorreo, tampoco basta con repartir pobreza. Y aquí, tanto derecha como izquierda, suelen mirar sólo la mitad de esta ecuación.