Daniel Matamala y salida de Varela: “Devela la peor cara de la élite chilena, en que el apellido pesa más que el currículum”

Por Daniel Matamala

09.08.2018 / 22:17

"Varela llegó al puesto más peligroso del gabinete sin ser político ni técnico, sin ser experto en educación, sin conocer el Estado, ni el Congreso", comentó el conductor de 360°.


Como columnista, comparaba a Carlos Délano con Gabriela Mistral. Decía que el dueño de Penta le daba confianza por ser egresado del Colegio Saint George y que era víctima de la envidia y el resentimiento de muchos chilenos.

Como ministro, lo ya sabido. En apenas 151 días dejó una huella indeleble, no por sus proyectos, sino por frases que retrataron una desconexión increíble con los anhelos y temores del chileno medio.

Varela habló de la educación sexual en los colegios públicos vanagloriándose de la actividad sexual de sus hijos, los campeones. Respondió sobre el abuso a mujeres calificándolo de pequeñas humillaciones. Y mandó a los apoderados con menos recursos a hacer bingos, una palabra que esta misma mañana repitió, tal vez la gota que colmó el vaso de la confianza presidencial.

Varela llegó al puesto más peligroso del gabinete sin ser político ni técnico, sin ser experto en educación, sin conocer el Estado, ni el Congreso. En suma, sin tener ninguna de las calificaciones necesarias para un trabajo de alto riesgo, salvo la de ser amigo de su jefe, el Presidente de la República.

Y ya en el cargo, demostró desinterés por comprender una realidad que le era ajena, y franco desprecio por los problemas de chilenos que piden soluciones tan básicas como que la escuela de sus hijos no se llueva.

En ese sentido, el fallido paso de Varela por Alameda 1371 muestra algo más profundo: devela la peor cara de la élite chilena, en que muchas veces el apellido pesa más que el currículum, la amistad importa más que los méritos, y la confianza –como decía el propio Varela sobre Délano- se basa en el colegio en que estudiaste, no en cuánto aprendiste.

Ese olímpico desprecio por la meritocracia, esa idea de que bastan los contactos correctos para tener éxito, y que en Chile ocurre tanto en la política como en la empresa, está en el fondo de una designación desastrosa.

“El Presidente hizo lo correcto cuando me nombró a mí”, dijo hace solo 2 semanas Varela en la portada de la revista Capital. Los porfiados hechos hoy demostraron, por si quedaba alguna duda, lo contrario.