Hermana Nora Valencia y Cristián Solís de Ovando: Un diálogo sobre fe, vida y vocación

Por CNN Chile

12.11.2024 / 10:16

Un intercambio de visiones sobre la espiritualidad y el compromiso social desde dos mundos distintos, pero con un mismo propósito: ayudar a los demás.


En una conversación profunda y reflexiva, la Hermana Nora Valencia, directora de la Fundación Santa Clara, y Cristián Solís de Ovando Lavín, exgerente de la Bolsa de Comercio de Santiago, compartieron sus experiencias personales y perspectivas sobre el rol de la fe, el impacto social de la vocación y los valores en un mundo materialista.

La Hermana Nora, integrante de la congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús, describió su vocación de más de 40 años, con un especial compromiso en la Fundación Santa Clara, una institución que apoya a niños, niñas y adolescentes con VIH desde 1994.

Recordó cómo, en esos primeros años, la enfermedad era aún mortal para muchos de estos menores. “Gracias a Dios, hoy en día el VIH es una enfermedad crónica y tiene acceso universal en Chile, por lo que nadie debería morir por falta de medicamentos”, expresó, destacando el avance en la lucha contra esta condición.

Cristián Solís, un hombre de fe, reflexionó sobre el papel que la espiritualidad ha jugado en su vida profesional y personal, en la que ha acumulado más de cuatro décadas en el mundo financiero. Recordó cómo un profesor le ayudó a superar su timidez y a forjar el carácter que lo llevaría a su éxito en los negocios, lo que le ha permitido comprender el rol de los empresarios en la sociedad. “El empresario debe entender su rol social. Generar riqueza no solo para él, sino para sus trabajadores y el país es parte de su responsabilidad”, indicó Solís, subrayando la importancia de que los empresarios contribuyan al bien común.

El rol de la vocación y la maternidad espiritual

Para la Hermana Nora, uno de los aspectos más desafiantes de su vocación ha sido la renuncia a la maternidad biológica, un sacrificio que ha encontrado compensación en su trabajo con los niños de la Fundación. “Jesús me dio el regalo de la maternidad espiritual. Siento ese deseo de abrazarlos y protegerlos como una madre”, confesó, expresando cómo el llamado a servir a otros ha llenado este aspecto en su vida.

Solís, desde su perspectiva, reflexionó sobre la importancia de los valores familiares y recordó su propia infancia, marcada por los domingos con su padre y hermanos, pequeños momentos que lo unieron a su familia y le enseñaron el valor de las relaciones humanas en un mundo que, lamentó, se vuelve cada vez más materialista y desechable.

Este diálogo reveló no solo la profundidad de su compromiso social, sino también el poder transformador de la fe y la vocación. A pesar de provenir de contextos distintos, la Hermana Nora Valencia y Cristián Solís encontraron en esta conversación un terreno común, una visión compartida de que los actos de servicio y ayuda al prójimo son el fundamento de una sociedad verdaderamente humana.