La dictadura sigue polarizando la opinión de los chilenos, según estudio

Por CNN Chile

19.11.2024 / 12:14

A 51 años del golpe de estado, un estudio revela que las diferencias sobre el periodo dictatorial son el principal factor de polarización en el país.


El golpe de Estado de 1973 y la dictadura cívico-militar que le siguió siguen siendo un punto de inflexión en la historia de Chile. A más de cinco décadas del inicio de ese periodo, un estudio nacional de polarización realizado por la Corporación 3xi y Criteria confirma que la visión sobre la dictadura es el tema que más divide a los chilenos.

Fracturas generacionales y políticas

La investigación identificó una brecha de 51 puntos entre quienes aprueban la afirmación de que el gobierno militar priorizó el orden y el desarrollo económico sobre los derechos humanos. El 71% de los encuestados de derecha se mostró de acuerdo con esta idea, en contraste con solo el 20% de los encuestados de izquierda. En otra afirmación sobre el retroceso económico durante la dictadura, el 81% de los identificados con la izquierda concuerda, mientras que solo el 39% de los de derecha comparte esta visión.

Además, la polarización parece haberse transmitido de generación en generación, según los expertos. Este traspaso se debe en parte a la falta de un relato consensuado sobre el periodo, así como a la ausencia de justicia y reparación para las víctimas de violaciones a los derechos humanos.

El desafío de cicatrizar las heridas

Los especialistas subrayan que el país aún carece de acuerdos sobre cómo interpretar el golpe y la dictadura, lo que mantiene abiertas las diferencias. Además, los procesos judiciales pendientes y la búsqueda de los desaparecidos impiden cerrar este capítulo. Iniciativas como el Plan Nacional de Búsqueda de Detenidos Desaparecidos son vistas como pasos fundamentales para reparar tanto a las víctimas como a la sociedad en su conjunto.

El estudio también apunta a la necesidad de evitar las condiciones políticas y sociales que llevaron al quiebre democrático en 1973. Según los analistas, una mayor justicia y un relato común sobre la memoria histórica son esenciales para reducir la polarización y proyectar un futuro más unido.

El desafío no solo radica en procesar el pasado, sino en garantizar que las divisiones no sigan perpetuándose, y que Chile avance hacia una convivencia basada en el respeto y el aprendizaje de su historia.