Ruanda: 30 años después del genocidio, la reconciliación avanza con esfuerzo comunitario

Por CNN Chile

26.11.2024 / 11:22

Desde radionovelas educativas hasta tribunales populares, Ruanda ha implementado innovadoras herramientas de sanación social tras el genocidio que marcó a su nación en 1994.


Hace 30 años, Ruanda vivió uno de los genocidios más brutales de la historia reciente: 800.000 personas, principalmente de la etnia tutsi, fueron asesinadas en apenas 100 días.

Este hecho, provocado por tensiones entre las etnias hutu y tutsi, dejó profundas heridas en el tejido social. Sin embargo, décadas después, el país africano se ha convertido en un modelo de reconciliación, utilizando desde radionovelas hasta tribunales comunitarios para sanar las divisiones.

La radio como puente de reconciliación

Una de las herramientas más efectivas ha sido Musekewea, o Nuevo Amanecer en Ruanda, una radionovela lanzada en 2003 por la organización neerlandesa Radio La Benevolencia. Este programa llega semanalmente a cerca del 60% de la población y ha demostrado, según investigaciones de la Universidad de Princeton, no solo cambiar actitudes sino también transformar normas sociales.

La radionovela representa conflictos y procesos de reconciliación, lo que ha permitido a los oyentes reflexionar sobre el genocidio y sus consecuencias. Además, ha fomentado prácticas antes impensables, como los matrimonios mixtos entre hutus y tutsis. “Es un foro que ha permitido hablar de lo que no podía discutirse abiertamente”, señalan los creadores.

Tribunales comunitarios y cambios estructurales

El esfuerzo de sanación también incluyó la creación de cortes gacaca, una tradición ruandesa en la que líderes locales actúan como jueces para casos menores de participación en el genocidio. Estas sesiones públicas no solo buscan justicia, sino también reconciliación, permitiendo a los perpetradores pedir perdón directamente a sus comunidades.

Por otro lado, la Constitución de Ruanda prohíbe reconocer diferencias étnicas, un gesto simbólico y práctico para unir a la sociedad. Aunque los desafíos políticos persisten, la estabilidad social que ha logrado el país es un testimonio de su compromiso con la reconciliación.

A tres décadas del genocidio, los esfuerzos ruandeses ofrecen lecciones valiosas sobre cómo reconstruir una sociedad fragmentada, mostrando que incluso en las circunstancias más difíciles, el encuentro y el diálogo pueden abrir caminos hacia un futuro compartido.