Más de 9 mil personas apoyaron la candidatura independiente de la psicóloga de 29 años, quien busca representar al distrito 12 en la CC. "La paridad lo que muestra es que hoy el feminismo es ineludible, incluso en los sectores que han intentado oponerse a esa fuerza inevitable", afirmó en entrevista con CNN Chile.
“Voy de candidata por un mandato colectivo, un mandato de la Coordinadora Feminista 8M y de la asamblea de organizaciones sociales y territoriales del distrito 12, que decidimos levantar estas candidaturas en la lista Voces Constituyentes como una vía para defender el Programa feminista contra la precarización de la vida“, dice Alondra Carrillo, psicóloga de 29 de años que postula a la Convención Constitucional.
En conversación con CNN Chile, Alondra cuenta que ha desarrollado su vida en La Florida, una de las comunas que componen el distrito 12 junto a Puente Alto, Pirque, San José de Maipo y La Pintana.
“He vivido ahí la mayor parte de mi vida, he hecho ahí una gran parte de mi vida, también en otros lugares por supuesto. Soy parte de un sector de la población que se mueve mucho por Santiago, que habita muchos lugares de Santiago, pero mi formación y mis principales redes personales y familiares son de La Florida y el Cajón del Maipo”, señala.
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La postulante obtuvo más de 9 mil patrocinios, siendo la primera mayoría de su lista y también del conjunto de candidaturas independientes del distrito.
“Es una muestra de apoyo significativo por parte de la población que expresa la voluntad mayoritaria del poder, expresar nuestras posiciones y nuestra voz desde quienes se levantan desde el movimiento social. Me siento al mismo tiempo contenta y muy responsable de lo que eso significa, no de manera personal, pero sí de manera colectiva”, comenta.
De la Revolución Pingüina al feminismo
Carrillo fue la primera vocera de la Coordinadora Feminista 8M desde 2018 hasta abril de 2020, sin embargo, su movimiento político se remonta a cerca de 15 años atrás, cuando cursaba primero medio. “La revolución pingüina fue mi primera experiencia de politización, participando en las asambleas que se hacían en el colegio, en las articulaciones de los cordones de colegios de la zona sur, como también participando en las movilizaciones y marchas”, indica.
De esa experiencia, rescata el “poder observar con una mirada crítica, construida desde diagnósticos colectivos, la realidad de la educación de mercado en nuestro país, que era la forma en que nombrábamos esa precarización y profunda desigualdad, esa segregación que marcaba la educación en nuestro país”.
Al entrar a la PUC en 2010, militó en la plataforma de política universitaria Crecer, espacio que “aglutinaba a personas independientes y organizaciones políticas de izquierda”. Durante ese periodo universitario, alcanzó a ser consejera territorial y presidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela de Psicología, además de ser candidata a las elecciones de la federación en dos ocasiones.
En 2014 comenzó su militancia en el feminismo a través de la organización La Alzada, Acción feminista libertaria: “De ahí que he estado participando fundamentalmente desde un feminismo de izquierda, militante, anticapitalista y eventualmente llegué a formar parte de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo”.
La Coordinadora Feminista 8M se levantó previo a las movilizaciones estudiantiles de 2018, en lo que fue llamado el “mayo feminista”, con el propósito de pavimentar el camino hacia la Huelga General Feminista del 8 de marzo de 2019.
“Una de las primeras experiencias que nosotras sacamos a raíz de las movilizaciones sociales de 2018 en las universidades por una educación no sexista y por terminar con la naturalización de la violencia machista y patriarcal al interior de los espacios educativos, fue la necesidad de mostrar que esa movilización, que se trataba de presentar en la prensa como una movilización elitista de un sector minoritario de las mujeres, era en realidad de expresión de un sentir, de un diagnóstico y de una voz que iba mucho más allá de los espacios educativos, y que reunía a mujeres de todos los sectores sociales”, dice.
Para la candidata constituyente “ese gesto político de transversalizar el feminismo más allá de los espacios que se dice que existen, demostrar la existencia de un feminismo que crece en los sectores populares, en los espacios de trabajo, en los territorios y en las luchas socioambientales, es para nosotras el principal aprendizaje y orientación política del feminismo que estamos construyendo, un feminismo que habla de la vida entera y de cómo se trata para enfrentar la violencia patriarcal”.
Una Constitución con enfoque feminista
En caso de resultar electa, uno de los principales propósitos de Alondra será que la nueva Carta Magna tenga una perspectiva de género. “Para nosotras la transformación que tiene que darse a nivel constitucional debe expresar la voluntad que han manifestado los pueblos de manera muy mayoritaria, desde el 18 de octubre en adelante, pero también desde las décadas de movilización de los últimos años”, enfatiza.
En ese sentido, Carrillo sostiene que esa voluntad “es la de terminar con el neoliberalismo en Chile, con el estado subsidiario que lo sostiene y poder establecer un estado solidario, garante de derechos y plurinacional”.
“Para nosotras también se juega el establecer el principio de la libre determinación sobre nuestros cuerpos, vidas y vínculos, y por iniciar un proceso de socialización de todas las condiciones que hacen posible la vida, socialización de los cuidados, de los trabajos remunerados y no remunerados, de la riqueza y los bienes comunes. Eso para nosotras componen el núcleo del ‘Programa feminista contra la precarización de la vida'”, agrega.
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Asimismo, recalca que la paridad de género en la Convención Constitucional no garantiza que la nueva carta fundamental tenga una perspectiva de género: “La paridad lo que muestra es que hoy el feminismo es ineludible, incluso en los sectores que han intentado oponerse a esa fuerza inevitable, tuvieron que aceptar este establecimiento de un mínimo democrático”.
“La paridad no es un horizonte de transformación feminista, es una condición de representación y de presencia, pero no significa que quienes vayan a ocupar ese lugar sean feministas, pero sí significa que todas las mujeres que van a estar presentes en la Convención Constitucional, incluso aquellas que puedan oponerse al feminismo, vamos a estar ahí gracias al feminismo”, argumenta.
Aborto libre como un derecho
El aborto libre, seguro y gratuito será una de las tantas consignas del movimiento feminista que serán discutidas en la convención. En ese contexto, Alondra es consciente que existirán personas que se opondrán a establecer este tema en tabla.
“Las voces antiderecho y que intentan mantener la realidad del aborto clandestina, descansan también en nuestro país en una concentración del poder que les fue permitido por un orden autoritario, establecido en dictadura y administrado durante todos los últimos gobiernos”, afirma.
En la misma línea, puntualiza que “el aborto libre, legal, seguro y gratuito es una demanda muy transversal, no solo en nuestro país, sino que ha sido asumida a nivel latinoamericano y mundial como una exigencia que se levanta desde un movimiento feminista que nunca había sido tan potente y tan grande como hoy“.
“Es esa potencia y esa fuerza que va a estar por fuera de la Convención Constitucional la que va a poner el sostén social de las posiciones que vamos a ir a defender, nadie va a estar hablando aislada de ese contexto en el que hoy el feminismo es una fuerza social mayoritaria y la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito se inscribe como una lucha de derechos humanos que cada vez más es asumida por amplios sectores sociales“, sostiene.
Principales demandas desde los territorios
La psicóloga ha trabajado de la mano de organizaciones sociales y territoriales del distrito 12, donde recoge una lista de demandas.
En primer lugar, se encuentra el derecho al trabajo: “Es algo que no existe ni está garantizado para la mayoría de las personas, ni siquiera aparece en la Constitución, lo que sí está garantizado hoy es la libertad de trabajo, pero no el derecho al trabajo y ahí hay que hacer una transformación general que pone en primera línea la situación en la que se encuentran disidencias sexo-genéricas y mujeres en nuestra relación con el trabajo”.
En ese contexto, la ex vocera de la Coordinadora 8M está a favor de fijar un cupo laboral para personas trans. “Es una iniciativa programática que ha tomado fuerza, especialmente en América Latina, en Argentina ya se está discutiendo. Ha sido una perspectiva que ha sido levantada por muchas organizaciones de personas trans y por supuesto que es una de tantas iniciativas que vamos a defender en el contexto de una defensa general por un trabajo digno, estable y seguro”.
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Carillo sostiene que existen otras “reivindicaciones de carácter histórico” que a la ciudadanía le gustaría incorporar en la Carta Magna, como “el poder acceder a una salud digna a través de un sistema único de salud pública y universal, el poder acceder a una educación que ya no sea considerada como un bien de consumo a través de la garantía de una educación pública, gratuita, no sexista, intercultural y antiracista”.
“La reivindicación de acceder a mejores pensiones a través de poner fin al sistema de AFP y poder consolidar un sistema de seguridad social integral, que se incluya un sistema de pensiones tripartito de reparto y solidario. La necesidad de acceder a la vivienda a través de la garantía constitucional a la vivienda digna y de la construcción de proyectos habitacionales con la participación de las comunidades, especialmente con la participación de niños, niñas y niñes”, enumeró.