El reconocido actor, que postula por el distrito 12, cree que la nueva Constitución "tiene que estar escrita de manera simple, fácil de leer y de entender, que cualquier persona que la lea la pueda entender con un lenguaje simple. También pienso que tiene que ser cortita".
El reconocido actor Bastián Bodenhöfer (59) trabaja desde hace dos años en el Departamento de Educación de la Municipalidad de Recoleta, que actualmente encabeza el alcalde Daniel Jadue (PC). De hecho, el también director de teatro cuenta que fue justamente el candidato presidencial de la oposición quien le dio la idea de que se presentara como candidato a constituyente tras el plebiscito del pasado 25 de octubre.
Bodenhöfer, quien se hizo popular como protagonista de varias telenovelas de los ’90, postula por un cupo en la Convención Constitucional por el distrito 12, como independiente por la lista Apruebo Dignidad, buscando representar a las comunas de San José de Maipo, La Pintana, La Florida, Puente Alto y Pirque.
En conversación con CNN Chile, el otrora agregado cultural de la embajada de Chile en Francia durante el gobierno de Ricardo Lagos dio a conocer sus principales propuestas para la redacción de la nueva Carta Magna.
Jadue: “Yo creo que tú deberías ser constituyente”
Al ser consultado sobre cómo nace la idea de presentarse como candidato a la Convención Constitucional, Bodenhöfer cuenta que “yo hace prácticamente dos años que estoy trabajando en la Municipalidad de Recoleta, en el Departamento de Educación. Ahí yo soy coordinador para la Educación y la Cultura. Desde hace dos años que ahí estoy haciendo trabajos súper interesantes y súper lindos con los profes y los estudiantes”.
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“Después del plebiscito tuve una reunión con el alcalde (Daniel) Jadue y le pregunté qué pensaba él sobre cómo se venía la cosa ahora, y ahí él me dijo ‘yo creo que tú deberías ser constituyente’. En realidad no se me había pasado por la cabeza en ningún momento y como que lo pensé por un par de días. Igual como que me hace sentido, por todo el trabajo que he hecho durante años, sobre todo últimamente ahí en la municipalidad. Siempre me ha interesado todo lo que tiene que ver con justicia social y entonces por eso acepté”, reveló.
El actor contó además que “durante la pandemia he estado haciendo muchas cápsulas educativas, de educación cívica, enseñando a la gente y a los jóvenes qué es la política. Se pueden encontrar en mi página. Aunque claro, nunca hay una mirada muy objetiva. Cuando uno explica, da su versión. Por ejemplo, en este caso hay una cápsula en donde yo explico qué es la política y claro, tiene que ver de alguna manera con mi visión”.
La importancia de los afectos y los sueños
Dentro de los ejes principales de su candidatura está la idea de volver a definir el concepto de soberanía, que él lo explica como “el poder político, que puede estar o en la nación, o en el rey, o en Dios, o qué sé yo. Ahí cada Constitución verá dónde pone el poder político. Yo pienso personalmente que el poder político debe radicar en el pueblo, no en la nación. En la Constitución actual radica en la nación, pero eso significa que el poder político lo tiene el presidente y el parlamento, y yo pienso que debe estar en el pueblo. Sobre todo en estas circunstancias, no olvidemos que la voluntad y el deseo de cambiar nuestra actual Constitución nación en la calle y pienso yo que por lo tanto debe permanecer en la calle”.
En la misma línea, el intérprete asegura que “estoy de acuerdo con el presidencialismo, pero uno bastante más atenuado en comparación al sistema actual, que es un sistema ‘hiper supra ultra presidencialista’. Es exageradamente presidencialista. Está bien que haya un presidente y toda la cosa, pero no puede radicar en él todo el poder absoluto”.
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Otra de las ideas llamativas de Bodenhöfer para la nueva Constitución está la inclusión de la importancia de los afectos y los sueños. “Creo que la nueva Constitución, primero, tiene que estar escrita de manera simple, fácil de leer y de entender, que cualquier persona que la lea la pueda entender con un lenguaje simple. También pienso que tiene que ser cortita. He estado revisando distintas constituciones de distintos países y la mayoría tiene un preámbulo, que es el enunciado donde se enmarca todo lo que sigue. Muchas veces el preámbulo incluso es poético”, aseveró.
“Nos hace tanta falta volver al sentido común, al afecto. Uno de los grandes éxitos del sistema neoliberal en el cual vivimos desde hace ya 50 años es que nos ha llevado a vivir de manera individualista, desinformada, de manera totalmente inculta. Nos hemos convertido en unos ignorantes apáticos. El individualismo se traduce incluso en las pequeñas cosas de la vida. La gente ya no saluda, no dice ‘buenos días’, ‘buenas tardes’, ‘muchas gracias’, ‘ hasta luego’, ‘no hay de qué’, ‘pase usted’, ‘¿cómo estás?’, pero realmente interesado. No. La gente como que se pasa a llevar, no pide disculpas si te pega un topón en la calle. A ese grado hemos llegado”, indicó.
Para complementar su punto, Bodenhöfer relata que “estoy muy metido en todo el ámbito de la educación por mi trabajo en Recoleta, y yo creo que lo primero que necesitan los niños es afecto. Para mí el objetivo de la educación es ser feliz. Entonces una nueva Constitución tiene que ser pensada también para nuestro futuro, nos tiene que durar por lo menos unos 20 o 30 años más. Tiene que estar diseñada para resolver a corto y mediano plazo los problemas actuales, pero sobre todo como para edificar un mundo feliz, generoso y afectuoso para nuestros niños”.
“Con normas, porque la Constitución es eso, las reglas del juego, las normas de convivencia, de convivencia amable, solidaria, democrática, que tengamos vidas dignas, y por lo tanto que la salud y la educación sean consideradas como un proceso absolutamente natural del ser humano. Por eso todos tenemos derecho a ellas y de manera gratuita, como en todas partes del mundo”, apuntó.
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Las candidaturas de sus colegas
Sobre qué opina en relación a la presencia de varios de sus colegas en las listas de candidatos a la Convención Constitucional, el protagonista de Ámame y Aquelarre manifestó que “los actores y las actrices, por nuestro trabajo, somos personas empáticas, es decir, nos gusta ponernos en el lugar de otras personas. Somos observadores, somos críticos, somos estudiosos, porque cada obra y cada personaje es un desafío que implica investigación, meterse en la historia, meterse en el contexto cultural, en el contexto histórico de la época. Somos seres pensantes y, por lo tanto, seres críticos. El teatro siempre ha tenido un rol crítico, denunciativo, ya que refleja la realidad. Entonces no es de extrañarse que a actores y actrices nos guste la política, nos interese y queramos aportar en ese sentido a través de esa experiencia”.
A su vez, Bodenhöfer reconoce que su condición de figura pública le juega a favor “porque cuando salgo a hacer el puerta a puerta o cuando me toca ir a la feria no necesito ir detrás de las personas. Me reconocen, se acercan, me dicen ‘usted es Bastián Bodenhöfer, me encantan sus teleseries, qué buena onda’ y toda la cosa, y al tiro conversamos sobre las elecciones del 11 de abril”.
“Le pregunto a la gente si sabe lo que es una Constitución y fíjate que me ha sorprendido porque muchos no lo saben, menos saben lo que es un constituyente. Entonces me instalo a conversar y ocurren cosas súper bonitas porque la gente me ve como un ser humano, alguien más y se genera una conversación de igual a igual. Se olvidan rápidamente de que yo era un galán, un personaje de la tele y empezamos a conversar de la vida, de los problemas, de los dolores, de los sueños. Y al final como que se acuerdan y me piden fotos”, afirmó.