El trabajador de 65 años, que aspira a un escaño por el D6, cuenta a CNN Chile que busca que en la nueva carta magna esté garantizado un Estado solidario, critica al sector más conservador de su iglesia y dice que podría estar de acuerdo con el matrimonio igualitario "si la sociedad estima conveniente que se haga".
Roberto Parra tiene 65 años, se desplaza en silla de ruedas hace casi 20 tras sufrir un accidente cardiovascular, es cristiano evangélico y, según cuenta, son precisamente sus creencias las que lo impulsan tanto a su vocación de servicio social como a la participación en la política.
De profesión trabajador social, cuenta que eligió su carrera motivado “por el desafío cristiano de servicio” y que “en mi desarrollo profesional, mi trabajo con drogadictos y alcohólicos en Viña del Mar y con el trabajo comunitario social, descubrí que el servicio social tiene dos dimensiones“.
“Una dimensión personal, todos estamos llamados a ayudar al prójimo, a ser solidarios, y una social, de cómo la gente se organiza para ayudar a otros en sociedades, en comunidades. Y descubrí que el cristianismo fue fundado en los hospicios, en los hospitales, en todas las dimensiones de servicio de la sociedad“, agrega.
Es esa perspectiva, la que lo motivó a convertirse en concejal de Viña del Mar, comuna en la que fue alcalde entre septiembre y diciembre de 2000, y la que lo impulsa ahora a competir por un cupo en la Convención Constitucional por el Distrito 6, en la Región de Valparaíso, como independiente con cupo de Revolución Democrática por la lista Apruebo Dignidad.
Lee también: Elisa Loncon quiere que el mapudungun sea un lenguaje reconocido en la nueva Constitución
Un nuevo Chile más solidario
A Parra lo motiva soñar “con una sociedad nueva, que pueda fundar las bases para tener un nuevo Chile, un nuevo Chile más solidario, más justo, más fraterno, donde nos podamos reconciliar y vivir en paz. Y, por qué no decirlo, buscar la felicidad”.
Por eso, explica que su propuesta tiene tres prioridades:
- Sentar las bases institucionales para un Estado más social y solidario.
- El derecho del bien público del agua.
- Que el Ministerio de Justicia, además de juzgar, incorpore la rehabilitación social para los encarcelados.
“Esto es desde mi perspectiva de cristiano que cree que las personas pueden cambiar. Yo postulo que los tribunales deben basarse en que si tú estás condenado a cinco años, a los dos años debe un juez ir a ver cómo está el hombre, en cuántos talleres ha participado, en cuántas áreas se ha capacitado, cómo vive, que haya un seguimiento a los delincuentes, porque no podemos llenar las cárceles y se transformen en universidades del delito porque tiene que haber un espíritu de rehabilitación”, explica.
Lee también: Daniel Andrade y el meme del ataúd: “El proceso constituyente es el funeral de la Constitución de Pinochet”
Candidato independiente
El trabajador social cuenta con trayectoria como militante en la Izquierda Cristiana durante la dictadura y luego en la Democracia Cristiana, cuando se convirtió en concejal y alcalde. Sin embargo, hace más de 8 años no tiene vínculos con ningún partido político, según cuenta, debido a la crisis de representatividad y desconfianza ante las colectividades que se evidenció tras el 18 de octubre.
Sobre su relación con los partidos de la lista que integra, explica que “yo creo en una frase que decía el gran político Radomiro Tomic: creo en la unidad política y social del pueblo, y voy en un pacto que reúne la unidad política y social de mucha gente, porque son partidos políticos que tienen un compromiso de base, que tienen actividad de base”.
“Me siento muy cómodo ahí porque es en lo que yo siempre he luchado, de que los partidos políticos tienen que tener raigambre popular, de que estén en las poblaciones. Uno puede decir muchas cosas sobre el PC, hay una actitud anticomunista tremenda, pero sus dirigentes participan de las juntas de vecinos, estuvieron en las ollas comunas, están preocupados de los migrantes”, relata.
Iglesia Evangélica
Durante los últimos años la Iglesia Evangélica ha tenido una participación más visible en el escenario político, con las críticas a la ex presidenta Michelle Bachelet en el Te Deum Evangélico en 2017 y la llegada de tres diputados al Congreso. Sin embargo, Parra marca distancia.
“El mundo social cristiano evangélico ha tenido desde siempre un compromiso con el mundo popular. Eso cambió con el gobierno de Pinochet, que utilizó el tema religioso para legitimarse entonces compró -yo diría que la palabra correcta es ‘se vendió’- el mundo religioso de la Jotabeche, de donde viene el diputado (Jorge) Durán. Esa iglesia es la que sacaba pañuelos blancos para saludar a Pinochet”, relata Parra.
Desde su visión, “los partidos de derecha han realizado un espíritu de patrón de hacienda con el mundo popular cristiano evangélico. Este señor Durán, el obispo de Santiago que es padre de este diputado, hay un tema ético ahí porque su campaña la financió con platas de la gente evangélica y eso es inaceptable desde el punto de vista de la corriente teológica que yo sigo”.
“No puede estar la Iglesia metida en concubinato con el Estado, porque para la línea que yo sigo, protestante anabaptista, nosotros creemos que existe una separación absoluta”, añade. En ese sentido, define su corriente como una “más progresista, tiene que ver con la vida, el derecho al agua, el medioambiente, con respetar los humedales, los lagos, los ríos”.
Lee también: Francisco Orrego, independiente de derecha, donará el 100% de su dieta en la CC a una ONG pro pyme
Diversidad sexual y feminismo
Con respecto a demandas como la interrupción del embarazo, Parra cuenta que “yo quiero ser bien honesto, a mí me costó mucho aceptar la ley de aborto en tres causales, fue muy difícil, conversé con muchas personas este tema, asumimos en ese momento y apoyamos la ley. Creo que es suficiente con lo que tenemos, tenemos que acotarnos a eso”.
Por otra parte, ante el matrimonio igualitario señaló que “yo creo en la unión homosexual, tienen respeto a vivir, amarse. No estoy en contra, creo que el amor es importante, y si dos personas adultas deciden estar juntas, es su derecho y ahí está la libertad individual. Yo creo que si alguien se quiere casar por el tema económico, el afecto, tienen derecho a hacerlo, no tengo problema en eso”.
En ese sentido, consultado sobre si apoyaría que se legislara, afirmó que “si la sociedad estima conveniente que se haga una ley y la mayoría de la gente está de acuerdo, yo no tendría problema“.
Finalmente, ante la posibilidad de que puedan adoptar, expresó que “yo creo que, con la misma fuerza con que hablo de revisar las privatizaciones de Pinochet, estoy de acuerdo con el derecho a la vida y el derecho al amor, ese es el punto, el amor, la solidaridad, la estabilidad, el concepto de familia son lo importante”.