Los desafíos en el último tiempo no han sido pocos. Estallido social y coronavirus trajeron dificultades, pero también oportunidades para las bodegas y sus clientes, según la experiencia de Aki KB.
Junto con el comercio electrónico, hay otro sector que se ha visto beneficiado por la disrupción que ha significado el nuevo coronavirus. Son las bodegas que, como en el caso de Aki KB, aseguran que tienen todo lo necesario para ayudar a personas y empresas en su adaptación a la emergencia.
“La buena vida laboral, para mí, consiste en buscar los equilibrios entre el éxito y la felicidad. Saber delegar, y formar un muy buen equipo de trabajo. Y, por supuesto, confiar en él“, aseguró Arie Rezepka, fundador y CEO de Aki KB minibodegas.
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Filosofía que llevó a esta empresa a recordar, en plena pandemia, los encuentros que hacían para tener, además del trabajo, una instancia de diversión y compañerismo. Algo quizás alejado, a primera vista, de su negocio. Aki KB es un sistema de minibodegas o selfstorage, con espacios de almacenamiento más pequeños, y arriendos más breves y flexibles que las convencionales.
“Todo lo que signifique que puedan liberar espacios, en sus casas o en sus oficinas. Y por eso siempre decimos que en Aki KB somos más que minibodegas, somos calidad de vida. Es la extensión de tu casa o de tu negocio”, señaló Rezepka. “Tenemos zonas de cowork, en cada sucursal, con salas de reuniones, estaciones de trabajo, WiFi, etcétera. Y a todo esto hemos sumado estrictas medidas de seguridad para tener espacios sanitizados y muy seguros”.
Los desafíos en el último tiempo no han sido pocos. El estallido social, primero, y, luego, la pandemia por COVID-19 han ofrecido dificultades, pero también oportunidades para las bodegas, que han visto un aumento en su demanda.
“El mayor impacto producto del estallido social se ha generado en las personas y empresas que quieren asegurar sus pertenencias, para que éstas no se vean afectadas por saqueos o robos”, indicó el CEO de Aki KB minibodegas.
“Pero el mayor impacto se ha visto favorecido por el aumento del e-commerce, que ven en Aki KB una solución, por nuestra flexibilidad, espacios de trabajo como el cowork, y en nuestras sucursales muy bien ubicadas, que permite responder en forma eficaz y rápida principalmente para la última milla”, agregó.
La pasión que Rezepka tiene como emprendedor lo llevó también a crear la fundación Vivir más Feliz, que empujó y mantiene su apoyo al Centro de Trasplantes y Oncología Integral, TROI, del hospital Luis Calvo Mackenna.
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“Cuando logras buenos resultados como empresario, y agradeces tus éxitos devolviéndolos a la sociedad, generas un círculo virtuoso. Los resultados del trabajo te permiten alimentarte para vivir, pero la responsabilidad social empresarial, te permite alimentar el alma. Y eso es lo que debemos buscar los empresarios para hacer un Chile mejor
Además, considera que la crisis sanitaria actual es una oportunidad para crecer. “De esta pandemia, no sólo debemos salir fortalecidos, sino, y más importante aún, debemos salir más humanos y preocupados por el prójimo. Esperemos que este mundo haya cambiado definitivamente para mejor”, finalizó.