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Copa América 2011, el torneo que la generación dorada también debió haber ganado

Por CNN Chile

16.12.2019 / 11:40

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Tras quedar fuera de Sudáfrica 2010, el torneo continental en Argentina abría la cierta posibilidad de que Chile ganara la primera copa oficial de su historia. Pero la renuncia de Bielsa un par de meses antes y una inesperada caída con la Vinotinto en cuartos dejó al plantel con las manos vacías. “Chile podría jugar 90 veces más ese partido con Venezuela y lo gana 89”, aseguró Claudio Palma.


Hay generaciones nuevas que no saben cómo fue, pero en los ’00 la Roja llegó a tener algunos de los momentos más bajos de su historia: la derrota 2-0 contra Venezuela en las eliminatorias rumbo a Corea-Japón 2002 o el trístemente célebre “Puertordazo” en la Copa América Venezuela 2007 que derivó en la humillante goleada 6-1 que nos propinó Brasil en cuartos de final.

Por ello, y tras varios años de fracaso, Harold Mayne-Nicholls, entonces presidente de la ANFP, tuvo la idea fue invertir en un DT que proporcionará disciplina, otorgará una nueva mentalidad e hiciera el recambio necesario para salir del hoyo en el que estábamos.

Así, a mediados de 2007, Marcelo Bielsa asume el mando de la selección y en poco tiempo le imprime al juego de Chile “mucho trabajo y mecanización de movimientos”, según explica Claudio Palma, ejemplificándolo con el gol de Fabián Orellana en la ya mítica victoria 1-0 a Argentina en 2008 rumbo al Mundial de Sudáfrica.

Diagnóstico compartido por la periodista del CDF, Verónica Bianchi, quien asegura que el ciclo ganador de Chile comenzó con la llegada de El Loco y su obsesión por el trabajo y la disciplina, lo cual quedó de manifiesto en la colosal campaña rumbo a Sudáfrica 2010, donde remata en segundo lugar y deja a la Roja clasificada a una Copa del Mundo tras 12 años de ausencia.

Eliminados por Venezuela

El paso por Sudáfrica dejó un sabor agridulce: se volvió a ganar en un Mundial después de 48 años, pero quedó la sensación de que se pudo hacer más (sobre todo en la derrota 2-1 contra España). Por ello, la gran revancha sería la Copa América Argentina 2011, un torneo en donde el nivel de la Roja le permitía soñar con el título.

Sin embargo, la ilusión decayó un poco luego que Marcelo Bielsa renuncia a seguir dirigiendo a la selección tras diferencias insalvables con la ANFP. Esto a sólo 5 meses antes del certamen, por lo que rápidamente la federación nombró a su sucesor: Claudio Borghi.

Pese a todo, el elenco nacional llega en muy buen pie al certamen. Jugaría todos sus partidos en Mendoza y San Juan, cerca de la frontera con Chile, y con el cartel de un equipo poderoso tras lo mostrado en los últimos años. Así, la Roja le ganó 2-1 a México, empató 1-1 en un partidazo contra Uruguay (a la postre, campeón de la Copa) y derrotó a Péru con un apretado 1-0, quedándose con el primer lugar del grupo C.

La selección llegaba como ampliamente favorita a cuartos luego que se resolviera que enfrentaría a Venezuela, un rival en el papel muy menos. No obstante, un par de errores fatales dieron el triunfo a la Vinotino por 2-1. A juicio de Claudio Palma, un fracaso producto de un “exceso de confianza”.

Bianchi agrega que “esa generación pensaba que podía hacer una buena Copa América”, pero no alcanzó y el plantel que integraban Waldo Ponce, Luis Jiménez, Jorge Valdivia y Humberto Suazo se devolvió con las manos vacías.

Chile podría jugar 90 veces más y lo gana 89”, agregó Palma.

Legado bielsista

Para entender los triunfos de la generación dorada en la década de los ’10 es necesario entender el proceso de Bielsa, porque quedó permeado para todos los entrenadores que vinieron: Borghi, Sampaoli, Pizzi e incluso Rueda.

Y aunque la Roja tuvo mala suerte tanto en la Copa América 2011 como en el Mundial 2014, en ambos torneos seguía plasmado el legado bielsista, el cual finalmente decantaría en las glorias alcanzadas en las Copa América 2015 y Copa América 2016.

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