▶ HAZ CLICK AQUÍ | Escucha en Spotify los capítulos de #LADÉCADA

Viña 2018: La verdadera razón por la que se decidió mostrar más al público que a Jay Kay en el show de Jamiroquai

Por CNN Chile

19.12.2019 / 16:02

La presentación de la banda británica fue ampliamente criticada luego que la transmisión enfocara mucho al público de la Quinta Vergara y muy poco al cantante. Este y otros secretos del festival son revelados por Carlos Martí, director del certamen durante la última década.


El primer artista anglo de la década fue Sting. Según Carlos Martí, “fue un gran momento, fue un golpe. Chilevisión tomó el Festival y dijimos ahí tienen a Sting, no tienen nada que decir”, aseguró orgulloso de uno de los logros conseguidos por el canal.

Sin embargo, otros grandes artistas que participaron del certamen no solo fueron recordados por su presentaciones, sino también por sus extrañas exigencias y dificultades para socializar.

Paradójicamente, Roberto Carlos, el hombre que quería tener un millón de amigos, “no quería que lo miraran, no quería dar entrevistas, no quería nada básicamente, se presentaba y se iba inmediatamente de Viña”, aseguró Marín.

A Luis Miguel, en tanto, no se le podía ni tocar ni mirar, “hubo que poner un pasillo con tela negra para que saliera de camarines sin ser observado por nadie”, contó Carlos Martí. 

 “Era heavy”, recordó Rocío. 

Salía de camarines y tú lo veías por primera vez en el escenario. Solo se podía acercar la productora. Además todo su sistema de audio se montaba, luego se desmontaba rápidamente y después se iba”, reveló Martí. 

Otro caso es el de Morrissey, es reconocido por su difícil carácter, que no dejó de mostrar bajo y sobre el escenario.

“No quería presentarse porque había olor a carne”, señaló el director de TV. 

A lo que Rocío complementó: “También echó a Cristián Sánchez, porque se rió en un momento que no debía por algo nada que ver al cantante, pero dijo que no seguiría cantando si no se iba y a Cristián no le quedó de otra, el show debía continuar”.

A pesar de su simpatía, Elton John fue uno de los que más dio trabajo. El artista no quería quedarse en un hotel, quería estar todo el tiempo en la Quinta Vergara, por lo que tuvieron que arrendar una casa rodante.

“Igual fue complejo, nos pidió un motorhome, arrendamos una gigante y le hicimos una terraza con mesitas, estuvo todo el día ahí mientras un gringo hacía todo para el espectáculo, contó el director. Aparte, él no ensayó, llegaron los músicos, tocaron y se fueron“.

Y uno de los momentos más recordados para Martí, fue cuando “Cat Stevens tocó solo para mí”. Fue en el momento en el que el artista se encontraba ensayando su presentación y pidió que todos se fueran. Quedó él, y un asistente, en la Quinta Vergara.

“Él tocó solo para mí. Llevábamos a todos los camarógrafos, pero él nos pidió por una cosa de energía que estuviéramos solo en los costados. Eso no resultó así que después dijo que salieran todos y quede solo yo y el asistente de dirección. Estaba prácticamente solo sentado a un lado de la quinta, como él nos pidió, y todo para mí. Puedo decir que Cat Stevens tocó solo para mi”.

Críticas a las cámaras

Hay dos momentos en que la cobertura del festival ha sido duramente criticada por la fanaticada a través de redes sociales. Uno de ellos, a pesar de causar muchas risas e incluso memes posteriores, fue el de la joven fan de Mon Laferte, a quien se le corrió el maquillaje por la emoción de ver triunfar a la artista viñamarina.

“Tenía cubierto al público con cuatro cámaras, ese día por primera vez la artista se presentaba en un escenario tan grande. Yo decidí mostrar a la joven”, dijo Martí, quien en ese entonces estaba encargado de las cámaras. 

La presentación de Jamiroquai fue otro momento complejo, ya que las críticas se hicieron notar porque mostraron más al público que al espectáculo. Copano bromea y les pregunta a Martí: “¿Qué pasó con Jamiroquai? ¿Todavía estamos pinchando al público?”

“Yo estaba viendo todo lo que pasaba. Uno tenía que tener criterio, el hombre estaba lanzado (“copeteado”). Cantaba y bailaba, pero se metía detrás de los parlantes y ahí tú veías la cara de perdido que tenía (…) Aparte se movía mucho, transpiraba mucho con el casco, que nunca se sacó, y tenía los ojos desorbitados. Al principio yo partí mostrando, pero Alex me decía mírale la cara. Terminé a las 5 de la mañana hablando con él, porque nunca me habían puteado tanto. Yo lo hubiese mostrado más”, aseguró Carlos.

Mira la conversación acá: