Leandro Sepúlveda, experto en educación técnica, explicó que si bien el proyecto presentado por el gobierno -que busca crear 35 establecimientos bicentenarios técnicos- es "interesante", padece un problema estructural.
Este lunes el presidente Sebastián Piñera lanzó la Agenda de Gobierno sobre Educación Técnico Profesional, en la cual incluye la creación de 35 colegios bicentenario de educación técnica.
Sobre esta materia conversó en 360° el académico de la Universidad Alberto Hurtado y experto en educación técnica, Leandro Sepúlveda, quien si bien cree que es un proyecto interesante, padece un problema estructural en su origen “bicentenario”.
“El problema de los liceos bicentenarios es uno estructural, que tiende a segregar y establecer lo que las investigaciones hace tiempo están señalando, que es el llamado ‘descreme’, es decir, concentrar estudiantes de buen rendimiento académico en un determinado tipo de establecimiento, y en otro tipo de establecimiento eso no ocurre”, explicó el académico UAH.
En esa línea, aseguró que el énfasis de los liceos bicentenarios es el rendimiento académico, lo cual “no corresponde propiamente a la formación diferenciada técnico profesional que ocurre en los últimos dos años de enseñanza media“.
Cómo mejorar el sistema
Para Leandro, la educación técnica profesional tiene una serie de nudos problemáticos que debe enfrentar.
Primero, estaría el énfasis en la orientación vocacional de los estudiantes. Otro, es la provisión de un sistema adecuado para las necesidades productivas de nuestro país. Este se vincula directamente con un tercer problema: el vínculo que existe entre el mundo educacional y el empresarial.
“Sobre eso hay pocas políticas. No hay todavía ningún criterio por el cual podamos evaluar que un liceo técnico profesional es mejor que otro, porque no hay evaluaciones específicas para la educación técnico profesional”, explicó el académico.
Asimismo, Sepúlveda señaló que, por ejemplo, en la PSU los alumnos de liceos técnicos tienen peores resultados que los que provienen de científico humanistas.
“El problema es que eso no responde a un criterio evaluativo de la educación técnica en sí misma”, señaló.
En esa línea, Leandro Sepúlveda comentó que una solución podría ir en la dirección de generar mejores vínculos entre el mundo laboral y el educacional, generando actores intermedios.
“Sugeriría revisar el documento del consejo asesor que funcionó hasta el año pasado y que propuso una serie de iniciativas relacionadas a la educación técnico profesional. No solo tiene que ver con lo que se hace en la enseñanza media, tiene que ver con lo que se hace también en la educación superior (…), y también es aquella que se hace fuera del sistema escolar, lo que tiene que ver con capacitación laboral”, explicó Sepúlveda.
Además, agregó que “esos mundos están desvinculados entre sí, falta articulación”.
En esa línea, una de las medidas que propuso el consejo que menciona el académico tiene relación con generar mejores vínculos entre aquellos estamentos (enseñanza media, educación superior y capacitaciones). Asimismo, es necesario, según el experto, tener una mejor correlación entre la educación y el mundo del trabajo.
“Un establecimiento educacional, como unidad educativa, se le hace muy difícil resolver esas necesidades. Por lo tanto, se necesitan actores intermedios que ayuden a gestionar la educación técnica. Por ejemplo, agrupaciones de municipios a nivel regional que a través de una articulación intermedia puedan canalizar los aportes y los vínculos con empresas de un determinado territorio”, dijo el académico.
“Eso es algo que ocurre en otros países y en nuestro país eso no ocurre de ninguna manera“, agregó Leandro Sepúlveda.