"Como casi todos nos consideramos de clase media, cuando un político menciona esas palabras mágicas, creemos que nos está hablando específicamente a nosotros, cuando en verdad le está hablando a casi todo el país", comentó el conductor de 360° en su columna.
No hay mantra más repetido entre los políticos chilenos que el de “clase media”. Así lo comprobamos hoy nuevamente, con el lanzamiento de “Clase media protegida”, un sitio web del Gobierno que agrupa una serie de medidas y proyectos que benefician a ese grupo.
Pero, ¿qué es realmente la clase media?
La OCDE la define como ingresos de entre el 75% y el 200% de la mediana nacional. O sea, en el caso de Chile, $587.274 y $1.566.066 por hogar.
Libertad y Desarrollo usa la definición de entre 1,5 y 6 veces la línea de la pobreza. Así, sería de clase media un hogar de cuatro personas con ingresos entre $626.021 y $2.504.083 mensuales.
Otras definiciones son más coloquiales. Como la de Andrónico Luksic, para quien la clase media en Chile “hoy día tiene la posibilidad de viajar, de tener un segundo auto, la posibilidad de tener una casa en la playa”.
O la del quinto chileno más adinerado, el presidente Sebastián Piñera, quien pese a su patrimonio de US$2.800 millones según Forbes, sigue considerándose de clase media, según dijo en 2015.
Es que esa es la clave: en Chile casi todos se consideran parte de la clase media. En la encuesta de democracia y movilidad social de abril de este año, un 77% de las personas se autopercibe como clase media. Una
Es una categoría tan amplia que, de hecho, la Asociación de Investigadores de Mercado la divide en cuatro para poder trabajar con ella: clase media alta, emergente, típica y baja.
Es precisamente esa amplitud, esa indefinición, la que hace tan atractivo al concepto para los político. Como casi todos nos consideramos de clase media, cuando un político menciona esas palabras mágicas, creemos que nos está hablando específicamente a nosotros, cuando en verdad le está hablando a casi todo el país. Un concepto muy útil para ganar titulares o elecciones, pero muy poco práctico para diseñar políticas públicas efectivas.
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Las actividades están enmarcadas en el lema "Salgamos a jugar", por lo que el énfasis estará en los juegos tradicionales y la "transmisión intergeneracional de la riqueza cultural". La jornada se realizará en 16 regiones del país.
