Mónica Rincón y femicidio en Chimbarongo: “Con su omisión y negligencia, el sistema judicial chileno no lo evitó”
Por Mónica Rincón
27.06.2019 / 20:13
{"multiple":false,"video":{"key":"czkr6HM56Zf","duration":"00:02:35","type":"video","download":""}}
"La historia se repite. Policías que no siempre están capacitadas para contener a las víctimas, tribunales que atienden tarde, magistrados que dejan a víctimas a merced de sus agresores", comentó la conductora de Marca Registrada tras el asesinato de Hellen Barra Ortega (20).
No vivió más que 20 años porque era mujer. Fue asesinada, apuñalada 53 veces, porque un hombre así lo decidió, pero también porque con su omisión y negligencia, el sistema judicial chileno no lo evitó.
En Chimbarongo, Hellen Barra se convirtió en la víctima número 24 de femicidio de este 2019. Un cifra dolorosa, alarmante, una muerte que pudo evitarse.
Con todo el valor que es necesario juntar en estas situaciones, en abril Hellen denunció a la Fiscalía que era víctima de violencia. El 8 de mayo estuvo ante un tribunal de familia. Había sobrevivido un par de semanas. Recién para el 12 de junio se fijó audiencia y ella seguía sin ninguna medida cautelar por parte de los tribunales, sólo tuvo una protección temporal de la Fiscalía, que es más suave e insuficiente y que venció. Ahí quedó completamente desamparada alguien que sufría violencia constantemente. La audiencia del 12 de junio se postergó para el 16 de julio, para tres meses después de la denuncia original de Hellen.
Fue asesinada ayer.
La historia se repite una y otra vez. Policías que no siempre están capacitadas para contener a las víctimas, tribunales que atienden tarde, magistrados que dejan a víctimas a merced de sus agresores.
El sistema le falló a Hellen. Como dijo la ministra Isabel Plá, ella hizo todo lo que se le pide a las víctimas y nada funcionó. Sí, aunque a algunos escucharlo les de rabia en vez de vergüenza, sí es un tema de género. No es que a los hombres no los maten; es que a muchas más mujeres las asesinan por el hecho de serlo. No mueren a manos de un enfermo, ni por celos, ni por amor; las matan por ser mujeres.
Peor si viven en la pobreza, ahí hay menos protección e investigaciones más deficientes.
Porque algunos las creen de su propiedad, porque la cultura machista las desvaloriza, porque primero viene la broma subida de tono, luego el acoso, después el insulto, un golpe y, en los casos más extremos, la muerte.
La pregunta es ¿hasta cuándo? ¿Cuántas mujeres más tienen que morir para que el país reaccione? Para que sea verdad que Ni Una Menos.
Lee también: ¿Por qué el Ministerio Público, Carabineros y la PDI demoraron tanto en hallar el cuerpo de Fernanda Maciel?