El analista internacional explicó las implicancias que podrían tener las manifestaciones para el régimen. "China no lo va a perdonar tan rápido", comentó.
Con un espectacular desfile militar, China celebró los 70 años de la fundación de la República Popular.
Se trató de la mayor exhibición nunca antes vista en el país, en un acto que estuvo encabezado por el presidente Xi Jinping. Desde la Plaza de Tiananmen, mismo lugar donde Mao Zedong proclamó el levantamiento de la China comunista, el actual mandatario entregó un discurso en el que aseguró que “ninguna fuerza puede hacer que los pilares de China se tambaleen”.
En Última Mirada, el analista internacional Raúln Sohr destacó que China “se ha convertido en la potencia mundial en casi todos los planos. Quizás disputa con Rusia el segundo lugar en términos militares”.
“Tiene un desarrollo tecnológico y un crecimiento económico realmente sin precedentes en la historia humana”, comentó Sohr, y agregó que “China ha generado más riqueza en menos tiempo que cualquier nación capitalista”.
Lee también: Conoce a Joshua Wong, el joven líder de las protestas en Hong Kong que se reunió con Jaime Bellolio
Sin embargo, “el costo es enorme”. Por lo mismo, el analista discrepó con las palabras de este martes pronunciadas por Xi Jinping: “Yo creo que hay algo que la puede detener, y no es Estados Unidos y no es ningún país rival. Son los propios chinos. Y esa es la razón que ha llevado a Xi Jinping y al Partido Comunista a estar tan encima de todos los desarrollos en el interior de China y no permitir disidencias”.
Justamente, mientras se desarrollaba la celebración en China, cientos de hongkoneses se manifestaban para exigir mayores libertades democráticas al régimen.
Unas 100 mil personas se congregaron en las calles de Hong Kong en una nueva jornada de protestas, donde al menos cincuenta personas resultaron heridas y una de ellas se encuentra grave. La policía disparó a quemarropa en contra de un manifestante, quien debió ser trasladado de urgencia a un hospital y se encuentra fuera de riesgo vital. Además, hubo más de 180 personas detenidas.
Los manifestantes rompieron locales comerciales, obstaculizaron avenidas y quemaron banderas de China e imágenes del presidente Xi Jinping, quien no se refirió a la crisis en Hong Kong.
“Lo que ha pasado hoy día en Hong Kong, China no lo va a perdonar tan rápido. Es una afrenta el día del aniversario”, dijo Sohr. Y explicó que “estas protestas son serias y representan una amenaza en la medida que esto inspire a chinos en el resto del país“.
Las actividades están enmarcadas en el lema "Salgamos a jugar", por lo que el énfasis estará en los juegos tradicionales y la "transmisión intergeneracional de la riqueza cultural". La jornada se realizará en 16 regiones del país.
