La y los convencionales conversaron en torno a los hechos de agresiones o ataques a figuras políticas, que en la última semana afectaron al candidato presidencial de Apruebo Dignidad y a la precandidata de la DC.
Las últimas semanas han estado marcadas por la carrera presidencial de cara a los comicios de noviembre, además del trabajo de la Convención Constitucional, que hace poco definió sus 7 nuevas vicepresidencias adjuntas.
En ese contexto es que además se ha generado un álgido escenario para la clase política en relación a reiterados episodios de “funa” por parte de pequeños grupos de la ciudadanía. Ese fue el caso para el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, quien fue agredido física y verbalmente durante su visita a los denominados “presos de la revuelta” en el centro penitenciario de Santiago 1.
A lo ocurrido con él se suma la agresión que recibió hace pocos días la candidata presidencial de la Democracia Cristiana, Yasna Provoste, durante un recorrido de campaña en una feria de Puente Alto. Lo mismo han denunciado convencionales de Chile Vamos, como Luciano Silva, o de La Lista del Pueblo, Giovanna Grandón.
En esa línea, el convencional comunista, Marcos Barraza, se refirió a esta situación en el programa Aquí Se Debate Convención de CNN Chile, asegurando estar en en “desacuerdo con las funas”, y catalogándolo como un mecanismo de presión para las personas afectadas.
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Sin embargo, aclaró que existe una diferencia entre estos actos, y “el legítimo derecho que tienen las organizaciones sociales, de estar fuera de la Convención Constituyente exigiendo sus derechos”.
Por su parte, la convencional de los Movimientos Sociales Constituyentes, Alondra Carrillo, cuestionó a su colega del PC asegurando que la funa “es un mecanismo de búsqueda de justicia en el país de la impunidad”, agregando que deviene de un contexto histórico en el que la Justicia nunca buscó “establecer un marco de reconocimiento y sanción”, contra los violadores de los DD.HH.
A raíz de esto, Carrillo aseguró que el actual escenario de “funas” contra las autoridades, responde a “un ambiente de impunidad. Lo que estamos viviendo es un ambiente de violación masiva y sistemática a los derechos humanos, de terrorismo de Estado”.
Sin embargo, la convencional independiente especificó que dentro de este acto, no considera válidas las agresiones físicas: “eso desplaza el foco de lo que es la funa como herramienta política. Si lo que queremos condenar son las agresiones, condenemos las agresiones”.
Finalmente, el convencional de Apruebo Dignidad, Ignacio Achurra, señaló que la funas públicas están de alguna forma consideradas para quienes cuentan con cargos de autoridad, por estar sujetos al escrutinio público: “si una persona en la calle nos encara o nos quiere plantear algo, y se le eleva un poco la voz, a mi me parece que es posible. El límite es la agresión física y eso no lo voy a defender nunca”.