Paloma Ávila conversó con Doris González, vocera nacional del Movimiento Pobladores Ukamau, sobre las demandas sociales y los puntos que podrían destrabar la crisis para ayudar en el avance de un proceso de construcción social con un diálogo activo de escucha de las demandas sociales.
En este nuevo capítulo de Nuevo Pacto, Paloma Ávila conversó con Doris González, vocera nacional del Movimiento Pobladores Ukamau, sobre las demandas sociales y los puntos que podrían destrabar la crisis para ayudar en el avance de un proceso de construcción social con un diálogo activo de escucha de las demandas sociales.
González considera que algunos sectores del mundo político están impulsando espacios de conversación con el gobierno en los que movimientos y organizaciones puedan dialogar con el mundo político, pero cree que hace falta más. “Pero todavía no se avanza en eso y yo creo que hoy día las condiciones están dadas para que se pueda conversar, para que se pueda dialogar, de otra manera vamos a seguir con esta molestia de cuándo nos escucharán, cuándo nos vamos a sentar a la mesa. Y en definitiva también ponernos a la altura de lo que la situación merece, que es el diálogo y buscar soluciones para todo el conjunto de nuestra sociedad“.
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La vocera del Movimiento Pobladores Ukamau estima que el problema es la desconfianza que existe con la institucionalidad. “Con los gobiernos, no solo el gobierno de Sebastián Piñera, sino que con los distintos gobiernos que durante más de treinta años no hicieron nada, no hicieron mucho“, dijo.
Destacó que pese a esa desconfianza la gente está dispuesta a participar. “Yo creo que en este momento, y a pesar de la desconfianza que existe con la institucionalidad, las personas están participando, están teniendo opinión. No es casualidad que hoy día la Constitución sea una cuestión de tanto interés, el cambio constitucional no es una mera frase que está vacía de contenido, sino que efectivamente la gente sabe lo que quiere”.
González considera que la gente debería poder involucrase en las decisiones de cómo invierten los recursos. “Son las propias comunidades las que saben las realidades, quienes viven en los territorios, cuáles son las prioridades. Muchas veces las autoridades ni siquiera viven en las comunidades o territorios donde están a cargo. Entonces qué mejor que la ciudadanía, que el pueblo pueda opinar respecto de la toma de decisiones, y de esa manera también volvemos a crear confianza en la institucionalidad”.
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Cuestionó la verticalidad de las tomas de decisiones y las relaciones de poder político en el país. “Acá no tiene que ser una relación vertical, del poder está arriba y el resto acatar lo que en el poder se determina, sino que acá tiene que haber cierta horizontalidad también en el tema de las relaciones y cómo se toman las decisiones respecto del futuro de la gente“.
En cuanto a la política de vivienda, criticó que las condiciones de las últimas décadas obligan a las familias de menos recursos a relegarse a la periferia. “Por el precio del valor del suelo, el precio del suelo en el centro de la ciudad es muy alto y la política de vivienda no financia la compra de ese suelo que es muy alto, entonces cuál es la única alternativa, primero construir a través de unidades habitacionales, no pensando en el barrio, en la comunidad, y mandando a los pobres, como decimos nosotros, a vivir a las periferias“.