Felipe Sánchez conversó en exclusiva con CNN Chile y sostuvo que la alcaldesa de Santiago fue quien "ofreció un primer precio" y que luego "hizo los cálculos con su equipo para ofrecer en segunda y tercera instancia el precio final".
Felipe Sánchez, dueño de la Clínica Sierra Bella, conversó en exclusiva con CNN Chile sobre la fallida compra del inmueble por parte de la Municipalidad de Santiago, que tras desistir de la operación anunció acciones legales contra los tasadores que avaluaron la propiedad.
—Compraron el inmueble en alrededor de $2 mil millones, ¿compraron para revender?
—No. De hecho, la compra fue en $2.200 millones. Nosotros tenemos empresas que se dedican a la salud, tenemos otros establecimientos clínicos.
—¿Qué gestiones hicieron antes de la Municipalidad de Santiago para vender esta propiedad?
—Para vender ninguna. Se ha dicho que ofrecimos la clínica mediante un pantallazo, el cual es de abril de 2021, cuando nosotros no éramos dueños. Nosotros jamás ofrecimos la clínica porque la compramos para nosotros.
—Entonces, ¿cómo se hace el contacto con la Municipalidad de Santiago?
—En el 2022 estuvimos trabajando todo el año con constructores, gerentes técnicos para poner a la clínica operativa y aproximadamente al final de septiembre, uno de los cuidadores recibió el contacto de la jefa del Cesfam Padre Orellana, quien había ido como dos o tres veces a tocar la puerta preguntando si la clínica se vendía y por el dueño.
—Y el cuidador le dice a usted
—Absolutamente. Fue el cuidador porque la clínica estaba con los nocheros y ella pasaba a tocar la puerta, tal cual, diciendo que desde la alcaldía le habían encargado la búsqueda de infraestructura. No solo pasó en Sierra Bella.
—¿Quién pidió la reunión donde se negocia el precio con la Municipalidad?
—La Municipalidad mediante una llamada telefónica a uno de nuestros abogados. Nunca se negoció precio antes de esa reunión.
—¿Por qué no quedó registrada por ley de lobby esa reunión?
—Nosotros lo preguntamos y, de hecho, sugerimos un acta y nos dijeron que no era necesario. La ley de lobby, según la interpretación y lo que ha dicho la legislación, es cuando un privado solicita una reunión con interés, pero todo el proceso de la municipalidad fue empujado y llevado por ellos. Nosotros en ningún momento ofrecimos la clínica.
—¿Por qué no exigieron el acta?
—Lo sugerimos, así como sugerimos otras cosas que nos parecían pertinentes, y tampoco fueron tomadas en bien. En vez de exigir el acta, lo que exigimos fue una carta de oferta formal que nos hicieron llegar (…) El 5 de diciembre ella hace su visita personal con su equipo, fueron más de 15 personas. Nos llamó la atención y, de hecho, se lo hicimos ver que nos parecía poco pertinente cuando todavía no había ningún tipo de negociación. Nos parecía una práctica poco habitual.
—El día de la reunión en que usted se sienta frente a la alcaldesa, ¿quién negociaba por la Municipalidad?
—La alcaldesa. Ella llevó personalmente la negociación. Ella nos ofreció un primer precio al que no accedimos y ella hizo cálculos con su equipo para ofrecer en segunda y tercera instancia el precio final.
—¿Usted no sabía que un municipio no podía tener clínicas, sino solo Cesfam?
—Siempre se nos dijo que el proyecto era la reposición de un Cesfam, así se ingresó a los consejos municipales, así se nos informó a nosotros y al contralor. Posteriormente, cuando se firma la compraventa, se anuncia la primera clínica municipal y para nosotros también fue una sorpresa.
—¿Cómo fijaron un precio que respondiera a “menos que esto no voy a aceptar”?
—Nosotros pedimos un informe técnico a un especialista de la valorización de nuestra infraestructura de salud. Jamás le pusimos un piso a la municipalidad, le hicimos entrega nuestro informe técnico.
—¿Usted dice que la propiedad vale a lo menos $8.200 millones?
—No lo digo yo. Después, haciéndonos cargo de la polémica, pedimos un informe a académicos de la Universidad de Concepción, quienes en su informe determinan que si nosotros hubiésemos contratado a la Universidad de Concepción como unidad económica de venta a la clínica, ellos sugieren un valor de, al menos, mil millones más.
—Ahora la justicia deberá determinar si ustedes provocaron lesión a los primeros dueños
—Nosotros descartamos el haberle hecho un daño. Fue una negociación que duró tres años. Ellos tuvieron otros intentos de venta frustrados y estaban con un apuro de liquidez importante. Ellos jamás han reclamado, saben que fue una negociación de mucho tiempo (…) no han tenido ningún reproche.
—¿Cómo en cosa de meses, algo que valía $2 mil millones pasa a valer $8 mil millones?
—No es que pase a valer. Nosotros compramos prácticamente al precio de un terreno, al precio del avalúo fiscal. Esto no significa que la propiedad costaba $2 mil millones porque nosotros la compramos en $2 mil millones. En las clínicas se usa mucho (…) no hay compradores que anden comprando clínicas baratas (…) aquí lo que opera como un bien específico vale muy poco si sales a liquidarlo, pero para el que lo necesita y lo va a utilizar como un bien de salud, vale muchísimo. De hecho, se paga hasta derechos de anticipación.
—¿No es extraño que los tres tasadores que contrata la Municipalidad de Santiago den prácticamente el mismo valor?
—Desafortunadamente, yo no puedo hacerme cargo de los tasadores que contrata la Municipalidad. No conozco el enfoque que se les solicita, esa es una duda que la Municipalidad debiese haber despejado. Una vez que se instala la polémica debiesen haberles pedido informes complementarios, haber pedido otras valoraciones (…) yo no me puedo hacer responsable de los tasadores de la Municipalidad, son contratados por ellos.
—¿Usted no lo conocía a la alcaldesa?
—Jamás, ni a nadie del Partido Comunista, ni a nadie de la Municipalidad de Santiago, ni yo, ni mi cuñado, ni nadie relacionado.
—¿Estaría dispuesto a abrir de manera voluntaria sus cuentas, las de la sociedad, de lo que sea necesario en una investigación?
—De hecho prestamos declaración yo y mi madre la semana pasada y voluntariamente abrimos todas las nuestras cuentas, no solo las personales, sino que las de todas nuestras empresas.
—¿Qué le parece la actitud de la Municipalidad? Ya que usted dice que, desde su perspectiva, había sido un buen negocio para el municipio
—Ellos hicieron sus valoraciones, segundo, dijeron públicamente cuánto les costaba a ellos construir algo similar, el costo y tiempo que esto acarreaba y la urgencia que ellos tenían de reponer un Cesfam (…) O sea, la alcaldesa de Las Condes acaba de comprar un terreno para un Cesfam que va a tener condiciones similares en $12 mil millones, solo el terreno (…) Nosotros somos los más interesados en que esto se despeje rápido, pronto y vamos a aportar en todas las instituciones que sea necesario.