Mónica Rincón sobre Bruno Villalobos: “Irónicamente comienza a caer otro muro, el de la protección e impunidad”

Por Mónica Rincón

18.12.2018 / 21:38

"Llama negativamente la atención que, existiendo antecedentes de su eventual vinculación con este caso, haya llegado de igual manera al más alto cargo de la policía uniformada", comentó la conductora de Marca Registrada.


Jóvenes en trabajos de verano. Arrestados en una comisaría. Comienzan a cantar “La Muralla” y eso desata la ira de los oficiales que los hacen correr y hacer ejercicios con 30 grados de calor, los insultan, patean, caminan encima de sus cuerpos: en suma, que los torturan. Los trasladan a Santiago y ahí sigue los tormentos: focos en la cara, duros interrogatorios. De madrugada, producto de esas torturas Patricio Manzano muere.

Y de eso, para el juez Mario Carroza, el ex general director de Carabineros fue cómplice. Hay que esperar la decisión de tribunales, pero sobre Bruno Villalobos hay sospechas fundadas.

Como una vez dijo Juan Bustos citando a Hamlet en el caso Letelier, creyeron que el bosque ocultaría los crímenes, pero los árboles se corrieron y el horror quedó al descubierto.

Llama negativamente la atención que, existiendo antecedentes de su eventual vinculación con este caso, haya llegado de igual manera al más alto cargo de la policía uniformada. El poco cuidado con casos de DDHH o la protección que se le brindó.

Aunque no sorprende. Fue jefe de seguridad de la ex presidenta Michelle Bachelet, en la administración Piñera sobrevivió a las acusaciones de escuchas a políticos y al caso bombas, a la investigación del Plan Frontera Norte y lo más grave; durante la segunda administración Bachelet la ex presidenta decidió no pedirle la renuncia aún a pesar el caso Huracán y del mega fraude en Carabineros.

Recién cuando volvió Sebastián Piñera a La Moneda, no le quedó otra que renunciar. Y hoy está detenido.

Tiene derecho a la presunción de inocencia Bruno Villalobos, tiene. Pero para las familias de quienes fueron torturados o de quienes, como Patricio Manzano, perdieron la vida por cantar una canción prohibida, irónicamente comienza a caer otro muro, el de la protección e impunidad.

De lejos resuenan voces juveniles: “Para hacer esta muralla, tráiganme todas las manos, los negros, sus manos negras, los blancos, sus blancas manos”. Pero una de esas voces, la de Patricio no está. Nunca, después de ese día, en la comisaría volvió a cantar.