Paloma Ávila, directora de CNN Futuro, es premiada por el Colegio de Ingenieros por su aporte al desarrollo del país
La periodista fue galardonada por haber dejado huella en la ingeniería y en el desarrollo del país.
El panelista de Tolerancia Cero analizó el impacto de las derrotas en diversos ámbitos de la sociedad, llevando a comparar la perdida de la U en el Campeonato Nacional con el triunfo de Donald Trump en las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Ayer se definió el torneo de fútbol profesional y el equipo ganador fue Colo Colo. Yo soy hincha de la U, y por lo tanto el domingo fue un día frustrante, porque los azules sentimos que la copa estuvo muy cerca y que se nos fue de las manos en cuestión de minutos, por una jugada dudosa.
La reacción visceral sería tratar de culpar a otros de haber perdido el campeonato. Culpar al árbitro, a la ANFP, al equipo ganador, al pasto, a la playa, a la lluvia.
Pero no. Lo correcto es partir culpándose a uno mismo, porque el triunfo depende siempre, en primer lugar, de lo que uno hace y de lo que deja de hacer.
Esto vale para el fútbol y vale también para la política.
Hace una semana, en este mismo estudio nos preguntábamos por qué razón, casi 75 millones de estadounidenses votarían por Donald Trump: pese a todo lo que sabe y todo lo que se dice de él.
El lunes pasado todavía no sabíamos que ganaría, pero sospechábamos que tendría una altísima votación. Finalmente, se impuso con holgura y la pregunta se vuelve más vigente: ¿Por qué casi 75 millones de estadounidenses votan por una persona como Donald Trump?
Y, de nuevo, la reacción visceral de los partidarios de Kamala Harris, en EE. UU. y en Chile, es culpar a otros. Al propio Trump, al sistema electoral, a la desinformación de los electores, etcétera.
Pero yo creo que lo correcto es partir por el mea culpa. El Partido Demócrata y su candidata no fueron capaces de ofrecer una mejor alternativa a Trump. No lograron conectarse con el sentimiento mayoritario de los estadounidenses. Hicieron las cosas mal.
Esa podría ser una lección también para los políticos chilenos.
En la derrota es mejor ser humildes. Porque como dice el dicho japonés: “se aprende poco con la victoria y mucho con la derrota”.
La periodista fue galardonada por haber dejado huella en la ingeniería y en el desarrollo del país.