Entrevista con Humberto Maturana: “La pandemia nos da una oportunidad de ser efectivamente humanos”
En entrevista con Macarena Pizarro el doctor reflexiona respecto a la necesidad de que seamos colaborativos para enfrentar la pandemia, y advierte de las dificultades para lograr ese objetivo común en una sociedad hasta ahora basada en la competencia y el exitismo. En una profunda conversación, junto a Ximena Dávila, destacan este momento histórico como una oportunidad.
Han dado más de 500 conferencias alrededor del mundo a auditorios llenos, pero hoy hablan desde su casa y frente al computador.
Sus charlas ahora tienen más de 3.000 espectadores, a través de la red, en su ciclo de conversaciones llamado “Pandemia reflexiva”.
Guardando estricto confinamiento en un departamento de Providencia, el doctor Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias, llama a reflexionar. Y junto a la epistemóloga Ximena Dávila, cofundadora de Matríztica, nos muestran la pandemia como una oportunidad, donde puede salir lo mejor del ser humano, que es la colaboración.
Hoy estamos en medio de una Pandemia, con la mitad del planeta haciendo cuarentenas, ¿cómo interpretan este momento histórico?
HM: Yo creo que hay un factor, que es el crecimiento de la población. Mientras más grande es la población, más riesgo hay de que se produzcan situaciones de esta naturaleza, porque el vivir cotidiano se altera. Hay muchas presiones, exigencias, etc. La humanidad ha vivido pandemias en otras ocasiones y ha habido muertes enormes, y mientras no se llegue a una vacuna o un remedio directo, la única posibilidad es evitar los contagios. Entonces aparece la colaboración. Podemos empezar a construir un espacio de convivencia, en el mutuo respeto y en la confianza, porque nos vemos como parte de lo mismo, porque estamos viviendo algo juntos.
XD: Yo tengo mi manera de interpretarlo, que tiene que ver con ¿Y por qué no? Si ha pasado en la historia de la humanidad, ¿por qué no a nosotros? ¿Por qué no hoy día?
¿Y qué cambios producen estas pandemias?
XD: Si yo miro la historia, las pandemias provocan un giro. Cualquier hecho de este tipo que puede penetrar en tu familia, que puede matar, el ser humano reacciona. Cuando el dolor llama a tu puerta, nos transformamos. Hay un darse cuenta de lo simple de la vida, de lo importante que es estar vivo, y del valor de la austeridad, que en estos tiempos el ser humano no tiene en su modo de vivir. Y por eso las economías están tambaleando, porque la gente ya no está comprando cosas de más, están comprando lo que necesitan. Comienza una etapa de reflexión en que me pregunto qué quiero conservar: la vida. Y todo lo demás puede cambiar para conservar aquello que más valoro.
¿Y hay una paradoja en esto de buscar la colaboración, para enfrentar juntos el problema, y al mismo tiempo tener que hacer distanciamiento social?
HM: Hay que distinguir, porque no es un distanciamiento social, es un distanciamiento espacial. Porque justamente lo fundamental es la conciencia social, que tiene que ver con el respeto y el deseo de convivencia. Entonces, queremos convivir, sin duda, eso es lo que queremos. Pero convivir significa poder hacer cosas juntos, pero para poder hacer cosas juntos en una situación de esta naturaleza tenemos que ser capaces de encontrarnos en lo fundamental de la convivencia que es la honestidad y el mutuo respeto.
XD: El distanciamiento físico no es un distanciamiento emocional, no es un distanciamiento del alma, todo lo contrario. Es cuando más juntos estamos, porque te estoy cuidando, y tú me estás cuidando. A veces nos hemos abrazado mucho, pero de manera mecánica. En cambio ahora es un distanciamiento amoroso, me alejo y te protejo.
¿Y qué valor puede tener esta vuelta al núcleo que estamos viviendo? Porque nos hemos tenido que quedar encerrados en la casa, en nuestra ruca, con el círculo familiar más íntimo, que quizá antes no veíamos tanto durante el día.
XD: Las cosas son como uno las vive, no son en sí. Si yo estoy en mi casa y digo qué rabia, me gusta salir, y tengo que estar encerrada… esa va a ser la deriva de esa familia. Pero si yo lo vivo desde la emoción de conocer más a mis hijos, conversar más con mi pareja, o si estoy solo reflexionar más, es una experiencia distinta. Lo maravilloso que tiene la familia es el placer de estar juntos. Es como darle oxígeno a la familia, que estaba estresada, los niños saliendo al colegio temprano, corriendo los papás para ir al trabajo…. todo un corre, corre, corre… entonces ahora tenemos una pausa. Y el origen de lo humano surge precisamente en esa ruca que dices tú. El homo sapiens vivía en familia, en ese espacio amoroso donde surgió el lenguaje, que es lo que nos hace humanos. No por tener forma humana somos seres “humanos”. Lo que nos hace humanos es que somos seres en el lenguaje, en la conversación y la reflexión, que es la herramienta más potente que tenemos.
Entonces, ¿esta pandemia nos hace más humanos?
HM: Nos da una oportunidad de ser efectivamente seres “humanos”, en el mutuo respeto. Pero hemos vivido en una cultura en la cual se enfatiza en la competencia, la lucha, el ser mejor que el otro, en ganarle al otro, etc. Entonces con ese trasfondo cultural resulta difícil no estar en la lucha, dejar que aparezca la colaboración. Y para que aparezca la colaboración tengo que confiar, tiene que haber honestidad. Pero convivir en la competencia abre el espacio para la deshonestidad, abre espacio para encontrar los resquicios, los caminos a través de los cuales yo puedo ganarle al otro, y uno de esos es el engaño. Pretenden las personas aceptar el acuerdo fundamental para convivir en una pandemia, respetar esa cierta distancia, pero engañamos, no somos honestos. Entonces nuestra verdadera dificultad es ser honestos, no mentir, no engañar. Uno se puede equivocar, por supuesto que nos equivocamos. Pero uno puede reflexionar para corregir los errores en compañía con los otros, porque colaboramos, nos respetamos y deseamos convivir.
Como país veníamos de una ruptura de confianza en las autoridades, de un estallido social. ¿Se puede recuperar la confianza en el otro?
HM: El llamado estallido social fue una queja, por no ser visto. Porque el estado no estaba cumplido con el compromiso fundamental de ocuparse por el bienestar de toda la comunidad. Y esto tiene que ver con el trasfondo de esta cultura centrada en la competencia. Pero lograr que se agote esta epidemia exige que recuperemos la honestidad, tenemos que respetarnos para poder confiar que no estamos compitiendo. Cuando decimos que queremos ser democráticos, esa es la esencia de la democracia: el deseo de convivir en la honestidad, en el mutuo respeto, en un proyecto de convivencia en el cual se conserva el bien común.
XD: Nosotros no le llamamos estallido social, lo llamamos “queja legítima” de los ciudadanos. Porque cuando hablamos de “estallido” tiene toda una connotación que está muy manchada de una ideología. Ha habido errores, sí ha habido errores. ¿Van a seguir habiendo errores? Sí, van a seguir habiendo errores. Pero nosotros los chilenos siempre empezamos con un NO, tú preguntas algo y la respuesta empieza con un “no, lo que pasa es que…”. Somos negativos, todo está mal. Tenemos que dejar un poco de lado los fundamentalismos, las ideologías, las creencias político partidistas para centrarnos en lo que es importante hoy en día, recuperar la confianza en el otro, porque desde ese centro puedo colaborar.
HM: Claro, puedo colaborar y hacer lo adecuado para el momento que se está viviendo. Y en este momento lo adecuado, frente a esta pandemia, es evitar los contagios.
¿Y dejar de lado las ideologías?
HM: Por supuesto porque las ideologías no te permiten reflexionar. El problema con las ideologías es que son sistemas de creencias fundamentalistas. Tienes ciertas premisas y no estás dispuesto a reflexionar sobre ellas. Pero si queremos convivir en la honestidad tenemos que ser capaces de reflexionar sobre cualquier cosa, para encontrar qué es lo oportuno para lo que estamos viviendo, por ejemplo, en este caso.
XD: Tener ideologías es tener principios a priori, y yo quiero conservar esos principios. Si yo reflexiono, corro el riesgo de cambiar de opinión. Por lo tanto, mejor no reflexiono y dejo mi ideología tal cual está. Yo quiero invitarlos a nuestro ciclo de pandemias reflexivas desde el punto de vista de la esperanza. Porque no podemos ver el vaso vacío, no podemos ser grises, porque hay niños y hay jóvenes que les queda toda una vida por delante y están viendo cómo estamos viviendo los adultos todo esto. Por respeto a nosotros mismos y a ellos miremos la esperanza y no la pequeña pelea ideológica, o de ganar votos, de los políticos.
HM: Y hay que agregar que esta pandemia es una oportunidad reflexiva. Aparece la oportunidad de hacer esta reflexión que estamos haciendo ahora, es una oportunidad para encontrarnos en un proyecto común. Porque acordar mantener ciertas distancias y ciertas precauciones para evitar contagios, es un proyecto común. Cuando se acaba la dictadura o el gobierno militar, y decimos que entramos a la democracia, entramos al deseo de la democracia a través de las elecciones, pero no a través del entendimiento de la naturaleza psíquica y sicológica de la democracia. Porque seguimos compitiendo, seguimos buscando modos de apropiarnos de algo para ser mejor que los otros o enriquecernos.
Y en esta pandemia si no colaboramos, nos perjudicamos todos…
HM: Exactamente. Podemos ver esta pandemia como una amenaza, pero también como una oportunidad
XD: Porque ha salido también lo mejor de nosotros, porque la colaboración es parte de nosotros como seres vivos, como mamíferos.