En entrevista con CNN Chile, el coordinador de Cirugía Oncológica de la FALP se refirió al impacto de la pandemia en materia de salud. "La mayor repercusión se empezó a evidenciar en pacientes con cáncer porque ellos no pueden esperar (...) El resultado de un mal tratamiento o uno no oportuno es la muerte", advirtió.
Según las Estadísticas Vitales 2019, publicadas a fines de 2021 por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), por primera vez -desde que hay registros- el cáncer se convirtió en la principal causa de muerte entre los chilenos y chilenas.
Durante el año pasado, en Chile se detectaron más de 54 mil nuevos casos de cáncer, mientras que 28.500 personas murieron por esta causa. En este contexto, diversas voces han recalcado los efectos que la pandemia tuvo, tanto en el diagnóstico, como en el tratamiento de esta enfermedad.
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“Los recursos sanitarios se fueron focalizando progresivamente, en mayor medida, a atender a los pacientes con mayor urgencia, a aquellos que requerían ventilación mecánica o tenían COVID-19”, sostuvo Inti Paredes, coordinador de Cirugía Oncológica de la Fundación Arturo López Pérez (FALP).
En conversación con CNN Chile, el doctor detalló que esta situación “complicó otras enfermedades que se dan también en el transcurso del año de una persona, que no son COVID. En Chile, la mayor repercusión se empezó a evidenciar en pacientes con cáncer porque ellos no pueden esperar”.
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“El resultado de un mal tratamiento o uno no oportuno es la muerte (…) Hoy tenemos pacientes que están llegando producto de un atraso en sus exámenes de control, otros que están haciéndose los exámenes por primera vez y otros que están en control por un tratamiento que inició hace un tiempo atrás”, añadió.
Según el experto, lo anterior está generando “un problema desde el punto de vista de la oportunidad y el acceso a recibir una atención médica”.
“Lo que hizo finalmente la pandemia fue evidenciar las falencias y dar cuenta de que tenemos que ordenarnos de otra manera para responder a esta gran demanda”.
¿Cómo responder a la demanda?
A la hora de buscar soluciones respecto a la situación del cáncer, el Dr. Paredes señaló que lo primero es entender que “no podemos segmentar al paciente, ya sea este del sistema público, del sistema privado, de una fundación o de un hospital universitario”.
“La atención de pacientes con cáncer obliga a que todos los actores, es decir, todos los hospitales que tengan prestaciones con cáncer y todas las instituciones que estén involucrados en alguna etapa o proceso de atención, tenemos que unirnos y entregar esos servicios a todos los pacientes que lo requieran”, agregó.
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Paredes señaló que, para la pandemia, el recurso camas “obligó a todos los prestadores a responder al ministerio y a ordenarse (…) Queremos que con el cáncer se dé una estructura similar”.
“Todos quienes pueden entregar prestaciones (…) tienen que ponerse a disposición de esta estrategia”, agregó.
En cuanto a si existe la voluntad de crear una red público-privada, el experto de la FALP sostuvo que uno de los principales elementos que juegan en contra es que “hay que construir espacios de confianza”. “La problemática sobrepasa los intereses particulares de cada una de las instituciones”.
La importancia de un tratamiento integral
Para el Dr. Paredes, una de las complejidades adicionales de esta enfermedad es que “el cáncer no es una enfermedad de un paciente, sino que tiene una repercusión en la familia”. “La familia también está enferma si hay un integrante con cáncer y tenemos que lidiar con esa problemática”.
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“Además, uno de los temas complejos de resolver es que no contamos con los servicios y recursos, tanto humanos como de infraestructura, en todo el país y de la misma condición. En otras palabras, los espacios y prestadores de mayor complejidad están en Santiago, lo cual obliga a que los pacientes de región tengan que viajar”, agregó.
El especialista concluyó que las brechas de distancia y geografía son “algo que tenemos que resolver y tenemos que ver cómo damos mayor potencialidad a algunas regiones para que desarrollen competencias y puedan responder, al menos, a la primera línea de tratamiento”.
“Hay regiones que no tienen oncólogos o hay hospitales que tienen uno o dos, por lo tanto, las listas de espera son prolongadas”, concluyó.