La alta mortalidad ha llevado a las salmoneras a activar sus planes de contingencia. Gabriela Burdiles llamó a "poner orden en esta industria y dejar de utilizar soluciones parche”.
Sernapesca alertó que varias salmoneras en el sur del país han activado planes de contingencia por la muerte masiva de peces en las regiones de Aysén y de Los Lagos.
La mortalidad se debería a la presencia de microalgas que han provocado asfixia en los animales y calculan que en 10 días han muerto cerca de cuatro mil toneladas de salmones.
Lo que ocurre al sur del país recuerda al fenómeno conocido como marea roja ocurrido en Chiloé en 2016. En esa ocasión, se registraron cerca de 40 mil toneladas de salmones muertos.
En entrevista con CNN Chile, la directora de proyectos de la ONG FIMA, Gabriela Burdiles, hizo notar que la respuesta de la industria ha sido que se trata de algo natural, “pero la verdad es que hay bastante consenso científico en que esto es algo que se produce ligado a la industria de la salmonicultura, sobre todo en estos ecosistemas que son fiordos, muy frágiles, donde se producen estos florecimientos de algas”.
Burdiles explicó que el surgimiento de estas algas se atribuye a distintos factores: “sin duda que hay fenómenos de temperatura, pero lo mas significativo es que aquí funcionan varios centros de cultivo de salmones, y esta industria tiene una gran cantidad de contaminación“. Un alto número de salmones son frecuentemente alimentados y generan una elevada cantidad de desechos orgánicos. Estos se depositan en el fondo marino, lo que genera que crezcan las algas y se produzca la falta oxígeno.
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Burdiles recordó que los salmones no son especies endémicas, sino que son exóticas. Al no ser una especie chilena, no tiene un depredador y acaban depredando a las otras especies. “Generan un gran daño al ecosistema, hace ya varios años”, afirmó.
Ahora Sernapesca debería controlar los planes de contingencia de los centros de cultivo. “Acá hay plazos acotados. Si eso no funciona, aquí esto puede escalar a otro nivel. La autoridad tiene una facultad de decretar alertas acuícolas, o pre alertas”, detalló la directora de proyectos.
La otra institución a cargo es la Superintendencia de Medio Ambiente, la que “va a tener que fiscalizar si efectivamente, por ejemplo, la causa de este fenómeno es que cada empresa estaba produciendo por sobre lo que tenían autorizado, o no estaban utilizando los insumos adecuados, es decir, algún incumplimiento, y en ese caso, evidentemente tienen que haber sanciones”.
“El llamado es a hacer un análisis a largo plazo y poner orden en esta industria, y dejar de utilizar soluciones parche, porque un riesgo que vemos ahora es que, por ejemplo, se está utilizando el traslado de salmones a otros centros. Hay que analizar si nuestros mares, nuestros ecosistemas están soportando esta industria”, concluyó Burdiles.