Según el ministro Mañalich, las filas de ambulancias que se han observado en distintos recintos médicos se deben a una falla en la coordinación del sistema. Luis Enberg explica cómo funciona ese mecanismo y reconoce que “ningún sistema de salud está 100% preparado para esto".
Largas esperas de pacientes en hospitales y protestas de ambulancias, son las imágenes que han marcado las últimas semanas de la pandemia de COVID-19 en Chile. El ministro de Salud, Jaime Mañalich, aseguró que Chile no ha llegado al debate de la última cama e hizo un llamado a los servicios de urgencia a coordinar con mayor efectividad el traslado de pacientes.
En entrevista con CHV Noticias y CNN Chile, el presidente de la Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia (Sochimu), Luis Enberg, explicó que la coordinación es un tema complejo, porque requiere que haya comunicación entre los distintos actores.
“En estos momentos, si bien es cierto que la coordinación no está siendo la ideal, se está haciendo el mayor de los esfuerzos. Lo que se está solicitando es que las ambulancias lleguen a los hospitales en los cuales pueda ser recibido el paciente, y a veces no está ocurriendo eso, porque falta comunicación”, afirmó.
Para poder mejorar esta comunicación, sostuvo que desde Sochimu están a disposición de la autoridad sanitaria “para poder entregar una propuesta”.
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¿Cómo funciona el sistema?
Enberg aprovechó de explicar cómo funciona el sistema que permite el traslado de pacientes desde una unidad saturada a otra que sí tiene capacidad de camas y ventiladores.
Para empezar, aclaró que la urgencia atiene de acuerdo a la gravedad, no al orden de llegada: “si llega un paciente a las 8:00 de la mañana, que tiene un resfrío y no hay ningún paciente en ese momento, pero empiezan a llegar muchas más personas con mayor gravedad, ese paciente va a tener que esperar”.
Lo mismo sucede con las ambulancias y, cuando esto pasa, se pide que se comuniquen con sus centros reguladores.
En Chile no existe un sistema único de traslados de emergencia, pues existe uno público y varios agentes privados. “El sistema público tiene un centro regulador que los puede redirigir hacia otros lugares, y el sistema privado en su totalidad no tiene ese centro regulador, cada uno es independiente. Entonces muchas veces, al no existir eso, se genera que no existe una adecuada comunicación”, explicó Enberg.
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Por último, reconoció que “ningún sistema de salud está 100% preparado para esto, y eso lo que está provocando es que exista un gran atochamiento. Eso hay que reconocerlo, están al limite de su capacidad y estamos dando el mejor esfuerzo, pero nadie está preparado para una pandemia y recibir esa cantidad de pacientes”.
Por eso, se sumó al llamado a respetar las medidas sanitarias para evitar contagios y no contribuir al colapso del sistema de salud.