El investigador del Instituto Milenio realizó un análisis con datos obtenidos vía Ley de Transparencia en el que da cuenta de un panorama mucho más complejo que el que estaría enfrentando la autoridad sanitaria.
La segunda semana de junio, la autoridad sanitaria comenzó a realizar cambios a la metodología aplicada al conteo de muertos por COVID-19, cambios que llevaron a reportes con desfase que causaron mayor confusión respecto al balance del país respecto a la crisis sanitaria.
Sobre este punto, Ricardo Baeza-Yates, data scientist del Instituto Milenio de Investigación sobre los Fundamentos de los Datos, compartió la información que le fue entregada por Ley de Transparencia en la que recoge todas las defunciones con causa de deceso entre el 2 de febrero y el 27 de mayo, y da cuenta de un panorama mucho más complejo del que se estaría tratando hoy.
“No solamente está el tema de los fallecidos. Mucho más importante es el tema de los casos activos, que están muy subestimados. (…) Hay muchos más casos, en estos momentos deben haber unos 900 mil casos de COVID en Chile, y de estos deben ser por lo menos un tercio activo“, aseguró Baeza-Yates.
Dicho número, bastante superior a los 179 mil reportados incluso varios días después de la fecha analizada, fue obtenido tras el análisis de los fallecidos teniendo en cuenta el rezago que existe en la entrega del PCR, que actualmente sería de entre 13 y 14 días. Es posible llegar a un número usando la tasa de letalidad, el cual el experto fijó en 0,6. Así, si hoy son 3 mil los muertos por esta enfermedad, serían 500 mil los que hace 13 días estaban contagiados.
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“Lamentablemente, todas las proyecciones se han cumplido en los más de tres meses que estoy trabajando con estos datos“, agregó.
Además, agregó que para alcanzar una inmunidad de grupo, una de las claves de la estrategia del ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, morirían al menos 70 mil personas.
Finalmente, afirmó que las cuarentenas dinámicas no funcionaron, principalmente porque estas no evitan el movimiento de personas entre comunas. A ello, sumó que ya desde el 15 de abril era posible notar que el coronavirus había alcanzado a población de comunas más vulnerables. “Ahí era el momento para hacer una cuarentena”, dijo.
“El ministerio tomó tres semanas. Siempre el ministerio ha sido reactivo, pero tarde. Aquí ni siquiera hay que ser reactivo a tiempo, hay que ser proactivo, tal y como hizo Nueva Zelandia, o Uruguay. No hay que esperar a que lleguen los datos, los datos nos hablan del pasado, no del presente”, dijo.
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