Fernado Paulsen: “Vivimos en tiempos de ‘frame’, donde etiquetar parece más cómodo y útil que averiguar la verdad”
Por Fernando Paulsen
18.11.2024 / 23:47
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El conductor de Tolerancia Cero señaló que, cuando existe mucho encuadre y poco mensaje, es fácil darse cuenta de que no es tiempo de ideas profundas.
En comunicación social se denomina como frame o encuadre a las frases o palabras que empaquetan situaciones o conductas, de tal forma que cuando se pronuncia el frame, todos entienden de qué se está hablando.
Decir que se hará justicia, “caiga quien caiga”, es un frame que denota que nadie está sobre la ley. Otra cosa es que se cumpla. Decir que en el gobierno se está para servir y no para ser servido, implica trabajar por todos, no por beneficio personal.
Un típico frame es añadir el sufijo Gate a cualquier institución y todos entenderán que se habla de un caso de corrupción funcionaria. Este frame nació del escándalo en EE. UU. conocido como Watergate, por el nombre del hotel donde miembros del comando electoral de Richard Nixon entraron a las oficinas del partido Demócrata, que estaba en ese hotel.
Basta con que se agregue Gate al nombre de una institución y se entenderá que hablamos de actos de corrupción de la institución aludida. Así, MopGate fue un escándalo en el Ministerio de Obras Públicas; PacoGate, actos de corrupción en Carabineros. FifaGate, actos de corrupción en torno a la institución que dirige el fútbol profesional.
- Identificar a alguien como facho u octubrista busca que se asocie al aludido a conductas y características ideológicas específicas.
- Lo peor, comunicacionalmente hablando, es usar los frames del adversario, porque mencionar esos frames refuerzan esos frames.
Cuando hay poco de mensaje y mucho frame es fácil darse cuenta de que no es tiempo de ideas muy profundas. Ni de diálogos o cooperación.
- El frame es comunicación dominada por la burla, la rabia, el miedo y el desprecio. La etiqueta manda y el contenido desaparece.
- Vivimos en tiempos de frame, donde etiquetar parece más cómodo y útil que averiguar la verdad. Cuando eso pasa, el estereotipo manda. Y la conversación cotidiana arriesga convertirse en un mar de slogans sin contenido.