Raúl Sohr analizó los escenarios que deberá enfrenter el recien asumido mandatario además del vínculo que lo une con Álvaro Uribe y su mano fuerte contra las FARC.
El presidente de Colombia, Iván Duque, invitó hoy a sus compatriotas a hacer un gran pacto por el desarrollo y la equidad en su primer discurso como jefe de Estado para el periodo 2018-2022, que fue un llamamiento a la unidad nacional.
“Los invito a que todos construyamos un gran pacto por Colombia, a que construyamos país, un futuro y a que por encima de las diferencias estén las cosas que nos unen”, dijo en su discurso de casi 47 minutos pronunciado en la Plaza de Bolívar de Bogotá.
Duque asumió la conducción de un país altamente polarizado entre críticos y defensores del acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016 por su antecesor, Juan Manuel Santos, con la guerrilla de las FARC, indicó que es hora de superar esas divisiones y dar paso a la reconciliación.
“No dejemos que el odio interfiera en este propósito, no dejemos que nada nos distraiga del camino de la unión. No más divisiones de izquierda y derecha: somos Colombia; no más falsas divisiones entre neoliberales y socialistas: somos Colombia”, subrayó.
El discurso de Duque tuvo un tono moderado y conciliador en el que exhortó a una nueva generación a “gobernar libre de odios, de revanchas, de mezquindades”.
Sobre la paz y la convivencia, Duque afirmó que recibe “un país convulsionado” por el asesinato de más de 300 líderes sociales en los dos últimos años, el crecimiento de los cultivos ilícitos y el aumento de las bandas criminales que se lucran del narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal.
También se refirió al acuerdo con las FARC, al que en campaña prometió hacerle los cambios que sean necesarios, y hoy afirmó: “También corregiremos fallas estructurales que se han hecho evidentes en la implementación”, al tiempo que aseguró que para las víctimas del conflicto armado habrá “reparación moral, material y económica por parte de sus victimarios”, sin impunidad.
En ese sentido, subrayó la necesidad de acabar lo que llamó “divisiones falaces entre amigos y enemigos de la paz, porque todos la queremos”.
“Creo en la desmovilización, el desarme y la reinserción de la base guerrillera”, dijo, y señaló que muchos de ellos “fueron reclutados forzosamente”, por lo cual dijo estar comprometido con buscar para esos colombianos “oportunidades productivas y velar por su protección”.
Sobre la negociación con la otra guerrilla, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Duque aseguró que evaluará los diálogos que se llevan a cabo en La Habana porque hay la intención de avanzar, pero para ello es necesario que ese grupo muestre voluntad de paz.