En conversación con CNN Chile, el abogado manifestó que, dependiendo de los posibles convencionales, "es que vamos a ser capaces de ver una Carta Magna de buena calidad o una que no va a ser tan buena".
El plebiscito ha sido señalado por muchas voces como un momento que puede ser clave en la historia política de Chile. Sin embargo, aún quedan ciertas dudas respecto a los resultados y sus implicancias.
En conversación con CNN Chile, Jaime Arancibia, abogado y Doctor en Derecho de la Universidad de Cambridge, se refirió a los posibles escenarios y a las conclusiones de un estudio comparado sobre las distintas constituciones chilenas que realizó.
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“El estudio tiene un componente histórico que aborda las opiniones de los juristas, pensadores políticos, filósofos, entre otros, sobre cómo tendría que abordarse un cambio de este tipo y la segunda aborda el origen histórico de cada una de las normas de la Constitución”, detalló.
Tras este análisis, el abogado señaló que en una eventual nueva Constitución habrá “un sustrato que se mantiene, porque es muy difícil cambiarlo todo desde cero“. Este sustrato se ve reflejado en todas las cartas magnas de Chile, en las que detectó que “la redacción se mantiene prácticamente inalterable desde el siglo XIX”.
“Los elementos fundantes de nuestro Estado (…) provienen intactos con esa redacción desde el siglo XIX. Eso no implica que a lo largo del siglo XX y XIX estas instituciones hayan admitido ciertas precisiones y variaciones, pero se trata, a mi juicio, de perfeccionamientos que se han introducido que no alteran la identidad constitucional que surge en los albores de la república”, afirmó.
Respecto a si una nueva Carta Magna será una “hoja en blanco”, Arancibia aseveró que, de triunfar el Apruebo, “en el plano formal (…) lo que van a comenzar discutiendo los convencionales es una Constitución desde cero, ya que no existe ninguna predeterminación formal respecto al contenido de ella”.
Sin embargo, recalcó que algo diferente es la “disposición que van a tener los convencionales de respetar el contenido actual de la constitución o algunos de los contenidos dependiendo de muchos factores”. “En ese caso, más que una hoja en blanco, lo que se va a medir es qué respeto o adición van a tener las normas de la actual Constitución en una carta futura”.
“Dudo que, por lo que he podido ver de las fuerzas políticas, que vaya a ser una Constitución totalmente distinta a la actual”, enfatizó.
El rol de la Constitución
Respecto a cómo debe ser la posible nueva Constitución, el abogado fue enfático al señalar que “tiene que reflejar el modelo de sociedad que queremos y los poderes que los ciudadanos están dispuestos a entregarle al Estado para asegurar ese modelo de sociedad además de la protección de derechos fundamentales”.
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Asimismo, señaló que esta tiene que estar compuesta por las pretensiones “más íntimas” de las personas, las cuales son “fruto del consenso de la ciudadanía respecto a qué derechos son importantes, los cuales el Estado tiene el deber de asegurar“.
En cuanto al papel de los convencionales, Arancibia aclaró que “dependiendo del perfil” de cada uno “es que vamos a ser capaces de ver una Constitución de buena calidad o una que no va a ser tan buena“, por lo que él señala difícil hacer un vaticinio previo, ya que todo dependerá de las personas que compongan esta convención.