Joignant y el avance de la inteligencia artificial: “Estamos creando un monstruo que amenaza a la humanidad”

Por Alfredo Joignant

15.10.2024 / 15:04

En su minuto de confianza, el panelista de Tolerancia Cero reflexionó sobre dos procesos clave que parecen estar convergiendo hacia un posible futuro distópico: el avance descontrolado de la inteligencia artificial, que representa una amenaza potencial para la humanidad, y la disminución global del deseo de tener hijos, lo que podría llevar a un declive poblacional sin precedentes desde la peste negra.


Desde hace ya varios años, se ha abierto paso, en el imaginario de occidente, la posibilidad de un futuro tan incierto como indeseable: eso es una distopía, cuyo inicio y fin no son fácilmente pensables.

Es ese “inicio” el que fue abordado por una serie francesa independiente: L’EFFONDREMENT (o el colapso), en la que se describe en su primer capítulo el primer minuto del colapso en una clave vertiginosa.

De modo más realista, de verificarse la distopía, esta será el resultado de procesos relativamente cortos. Pues bien, por estos días dos de estos procesos han marcado la crónica periodística.

El Mercurio de ayer publicó una entrevista al “padrino” de la inteligencia artificial: Geoffrey Hinton, el último Premio Nobel de Física, quien renunció el año pasado a su trabajo en Silicon Valley para advertirnos que estamos creando un monstruo que amenaza a la humanidad.

A la pregunta de por qué dio un giro tan radical a su trabajo sobre Inteligencia Artificial, respondió en modo enigmático: “tuve una epifanía”. La amenaza es tan inminente que esta bien podría estar materializándose ante nuestras propias narices, sin que sepamos muy bien cómo esta inteligencia puede “tomar el mando y dejarnos fuera”.

Pero hay un segundo proceso en curso del cual se habla menos, pero que también describe un futuro distópico. En el último número de la revista FOREIGN AFFAIRS viene un artículo de Nicholas Eberstadt que muestra que, por primera vez desde la peste negra de los años 1300, la población planetaria volverá a declinar.

En este caso por la irrupción de una “fuerza revolucionaria”: la reducción mundial del deseo de tener niños.

En ambos casos, se trata de procesos históricos de largo aliento. Lo catastrófico es que ambos procesos, cada uno con su propia lógica, están convergiendo. Qué lejos se encuentra el espíritu de mayo del 68 y su “seamos realistas, pidamos lo imposible”.

Tal vez sea más apropiado sostener que “otro fin de mundo es posible”.