El conversación con CNN Chile, Jorge Heine analizó la situación actual entre China y Taiwán, donde el gigante asiático ha realizado gestos que medios y analistas ven como una forma reafirmar su dominación. Sin embargo, la perspectiva del diplomático es más escéptica: aunque asumió que las tensiones causan un impacto en la región, consideró que la situación actual acomoda a ambas naciones.
En un programa dedicado al resurgimiento de las tensiones entre China y Taiwán, donde el gigante asiático ha querido reafirmar su dominio a través de distintas demostraciones, como el reciente despliegue de aviones de combate en la zona, CNN Chile conversó con Jorge Heine, ex embajador de Chile en China, para analizar el escenario geopolítico.
Sobre la tensión que estos hechos provocan en la región asiática, Heine sostuvo que “toda esa región del Asia-Pacífico, es una de las más neurálgicas que existe hoy en el mundo, o sea, tenemos ahí a Corea del Norte con sus armas nucleares, todo lo que está ocurriendo en el mar meridional de China con su expansión y construcción de pequeñas bases navales y aeropistas, y a esto se suma la situación de Taiwán”.
En su opinión, la isla “es una de las zonas estratégicamente más complejas y delicadas que hay en el mundo actual“. No obstante, destacó que aunque “la situación entre Taiwán y China es un contencioso complejo, mucho más que, por ejemplo, la situación de Hong-Kong, en la que ya la República de China ha establecido pleno control, es importante no sobredimensionar esto, sino ponerlo en perspectiva“.
En ese sentido, sostuvo que “hemos estado escuchando un discurso que a veces da la impresión de que China estaría a punto de invadir Taiwán, o de que lo haría tal vez en los próximos seis años; Mi perspectiva es que eso no corresponde a la realidad, lo que hemos tenido han sido ejercicios aéreos, con cerca de 80 aviones de guerra que se aproximaron al espacio aéreo de Taiwán, pero son cosas que han ocurrido en el pasado y creo que el estatus quo, tal como está ahora, es algo que le conviene a ambas partes“.
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En tanto, el diplomático señaló a Estados Unidos como uno de los principales actores externos de esta situación, que “no tiene un compromiso formal con Taiwán, no es un aliado ni tiene un tratado firmado en que Washington se vea obligado a ayudar a Taiwán en caso de ser atacado”, lo que sí tiene “es una política de deliberada ambigüedad en relación a esto, porque en el pasado siempre estaba la posibilidad de que Taiwán declarara su independencia, lo que naturalmente generaría una reacción de parte de China”.
En ese caso, planteó Heine, “si Estados Unidos le hubiese dado una garantía absoluta de que lo va a defender, se corre ese peligro de conflicto“. Específicamente, sobre la relevante relación comercial entre China y Taiwán, Heine manifestó que “la ironía es que parte importante del crecimiento económico, industrial y tecnológico que ha tenido China se ha debido a capitales taiwaneses“.
La relación entre ambos, y el mantenimiento del dominio Chino, expresó Heine “podría ser por algún acuerdo, no tiene por qué ser una absorción directa, puede convertirse en una confederación”.
Estando de acuerdo en que lo que efectivamente permite a Taiwán funcionar como una nación independiente es, paradójicamente, no declararse independiente, el ex embajador destacó que “lo que podría alterar este estatus quo sería que el gobierno de Taiwán expresase su intención de buscar la independencia“, recordando que el gobierno actual ha sido muy prudente en ese tema.