“¿Qué significa ser extremo en política?”: Eduardo Sepúlveda reflexiona sobre el vocabulario tras las ideologías

Por Eduardo Sepúlveda

16.06.2024 / 23:26

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En la última edición de Tolerancia Cero, el panelista llamó a analizar la utilización de las palabras a la hora de hacer referencia a ideologías políticas.


Esta semana, a raíz del triunfo de las derechas en las elecciones de la Unión Europea (UE), volvió a usarse profusamente el concepto “extrema derecha”. El propio Presidente Boric se sumó allá al coro, y dijo que “le preocupa el avance de dichas fuerzas”.

Un par de días después, Elon Musk reposteó un tuit que decía lo siguiente: “El término ‘extrema derecha’ se ha aplicado de manera tan suelta, que, en la práctica, es inútil para detectar casos genuinos de extremismo y se utiliza cada vez más a menudo para difamar a personas razonables”.

Es interesante la reflexión. Porque, ¿qué significa ser extremo en política?

Wikipedia dice que el término “extrema derecha” describe movimientos o partidos políticos que promueven discursos ultraconservadores, ultranacionalistas y autoritarios. Pone como ejemplo el fascismo y el nazismo.

A la extrema izquierda la define como ideologías y partidos que promueven sistemas sociales y económicos más a la izquierda que la izquierda tradicional, y pone como ejemplo el anarquismo, el comunismo, el marxismo o el maoísmo.

Alguna vez, el Presidente Boric dijo estar a la izquierda del Partido Comunista. ¿Se le podría considerar a él de extrema izquierda?

Pocos dudarían hoy en tildar de extremos a Putin o a Bukele. El primero, exagente de la policía secreta del Partido Comunista soviético, ¿es de extrema derecha? ¿Y Bukele, que se definió, alguna vez, como de izquierda radical?

En 2009, el mismo Parlamento Europeo que tuvo elecciones el domingo pasado emitió la “Resolución sobre la conciencia Europea y el totalitarismo”, donde condenó al nazismo y al comunismo, para reafirmar a la democracia como forma de organización política y modo de solución de los conflictos en la sociedad.

Nunca está de más reflexionar sobre la manera en que usamos las palabras.