Mónica Rincón por Admisión Justa: “En el mundo privado la educación sigue siendo para muchos un negocio”
Por Mónica Rincón
14.01.2019 / 20:37
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"No es correcto pensar que la libertad de enseñanza incluye la libertad para elegir alumnos", comentó la conductora de Marca Registrada.
Reincide en el punto. El presidente Sebastián Piñera, al comentar el proyecto de cambios al sistema de selección escolar, dijo que con el se “da más libertad y flexibilidad para que los que están en la industria de la educación puedan desarrollar con mayor libertad y flexibilidad sus proyectos”. Reincide, porque ya en 2011 había dicho que la educación era un bien de consumo.
Llamativo, porque se supone que hablamos, al menos en teoría, de un servicio. De algo que, sobre todo después de la reforma que eliminó el lucro con fondos públicos, no debiera ser un negocio.
Pero aunque esa fue la parte que más llamó la atención, hay otra en la frase del mandatario que es igualmente importante de analizar.
El presidente iguala un mayor poder de selección de los colegios, con una mayor posibilidad de éstos para realizar sus proyectos académicos.
Creo que no es correcto pensar que la libertad de enseñanza incluye la libertad para elegir alumnos. No. Lo que sí implica es poder desarrollar un modelo educativo, curricular y extra curricular con las particularidades que el sostenedor desee. Ofrecerlo a la comunidad y que las familias que estén dispuestas a adherir a él, entren.
Pero adherir al proyecto debiera ser la única condición y no las notas o logros académicos cuya consecución, como la evidencia muestra, depende mucho más que de otra cosa, del lugar donde se nace.
La libertad de enseñanza no implica que el colegio elija a las familias, sino darles una opción más a ellas. Y, además, esa libertad de enseñanza no es irrestricta. No se la puede enarbolar, por ejemplo, para no pasar el currículum mínimo que el Mineduc obliga, se puede entregar más pero no menos que eso.
¿Y por qué? Porque se supone que se busca formar ciudadanos que deben tener un piso común, no consumidores con diferentes habilidades según el bolsillo de sus padres. Eso, en teoría, porque sobre todo en el mundo privado la educación sigue siendo para muchos un negocio donde lo que pagas es lo que tienes.