Mónica Rincón y la zona de sacrificio en Quintero: “Es inaceptable, ¿quién asume la responsabilidad política?”

Por Mónica Rincón

04.09.2018 / 20:44

"La ministra Schmidt, en tiempo récord, culpó a ENAP y ésta acusa a la autoridad de tomar medidas en su contra eludiendo la institucionalidad. De manera precipitada, inadecuada y arbitraria. Luego la estatal muestra estudios que apuntan a empresas privadas y surge en la comunidad la sospecha de si no se está desviando culpas de los particulares", dijo la conductora de MR.


El sacrificio debe ser voluntario y tiene siempre un límite. Ninguna de las dos cosas se cumple en Quintero: no eligieron ser declarados zona de sacrificio ambiental y los ánimos empeoran día a día.

Es posible que los ciudadanos, frente a un gobierno nuevo, entiendan que el problema se arrastra hace décadas. Aunque es el mismo presidente que, igual que Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet, no los puso como prioridad.

Pero, aún si aceptan que las culpas son compartidas, hay una cosa con la que no se puede vivir: la incertidumbre permanente. Ahora los vecinos dudan de si la autoridad sabe cómo enfrentar esta crisis y si está dispuesta al caiga quien caiga sean quienes sean las personas o las instituciones o empresas responsables.

Esa certeza el gobierno no lo ha entregado. Hoy por ejemplo, se volvió a clases sin la claridad de que la emergencia estaba superada y en esta jornada cerca de 70 personas llegaron al hospital de la zona.

Cuando estalló la crisis ambiental, la ministra Schmidt, en tiempo récord, culpó a ENAP y ésta acusa a la autoridad de tomar medidas en su contra eludiendo la institucionalidad. De manera precipitada, inadecuada y arbitraria. Luego la estatal muestra estudios que apuntan a empresas privadas y surge en la comunidad la sospecha de si no se está desviando culpas de los particulares.

El superintendente Cristián Franz afirma hace 4 días que ya saben lo que causó la contaminación. Hoy cambia la versión y sostiene que tal vez nunca lleguen a determinar las causas de la crisis.

Es inaceptable. ¿Saben las autoridades qué hacer? ¿Las medidas que han tomado han sido resueltas con qué base? ¿Están dispuestas de veras al caiga quien caiga? ¿Quién asume la responsabilidad política?

No sólo el aire es irrespirable, también el clima social asfixia. Porque la paciencia se agota sobre todo cuando nadie entrega las certezas que los ciudadanos se merecen.