“Por muy sintiente que sea tu adversario, preferirás salvar a un mosquito”: Fernando Paulsen aborda el problema del fanatismo político

Por Fernando Paulsen

07.07.2024 / 23:35

Durante su minuto de confianza en la última edición de Tolerancia Cero, el periodista ahondó sobre la falta de diálogo en el debate político.


Hay enfermedades que no se atienden en un hospital. Algunas de ellas son muy graves y, sin embargo, los enfermos pasean tranquilamente por la calle, visitan amigos, juegan a la pelota y no se dan ni cuenta que la padecen.
Podríamos decir que son enfermedades políticas, porque a pesar de no estar circunscritas a la política, allí se manifiestan con mucha frecuencia.

Una es el fanatismo, esa conducta de regir la vida por una única manera de verla, resistiendo a escuchar siquiera otras posibilidades. Leo el diario que dice lo que pienso; veo los programas de TV que calzan con mi ideología y solo me interesa hablar de eso.

Otra es el denominado pensamiento grupal. Me junto con otras personas, sí, pero sólo si piensan como yo, o son como yo. Calibrar un recién llegado al barrio, empresa o partido político es decidir, inmediatamente, si es como yo o no es confiable.

La enorme cantidad de personas y sus caracteres son rápidamente reducidas a un “este es de los míos o de los otros”.
En tiempos de crispación política mundial no se sorprenda si un amigo o vecino deja de hablarle. Cuando el mundo arde, el temor y la rabia, unidos por la ideología, te puede hacer parecer idéntico, pero algo en tí cambió: por muy sintiente que sea tu adversario, preferirás salvar a un mosquito, antes que dialogar con él.