"Este es un evento de escala ciudad, no es solamente de una comuna en particular. Es un evento artístico, cultural, de estatura internacional, que trae artistas fantásticos del resto del mundo, pero también del ámbito cultural chileno, que ha estado tan deprimido producto de la pandemia", señaló.
La realización del icónico festival Lollapalooza se encuentra en medio del debate público, ya que los vecinos del sector que rodea al Parque O’Higgins -recinto histórico del espectáculo- han alzado la voz para exigir que se suspenda o se traslade a otra locación.
Esto último, dicen desde la organización Barrio Rondizzoni, se debe a las consecuencias negativas de un evento masivo que se extiende por 3 jornadas completas y que utiliza un alto porcentaje de espacio, tanto dentro como fuera del parque.
Para la Municipalidad de Santiago, esto se traduce en costos como la contaminación acústica, el desgaste del único pulmón verde de la zona y la congregación de miles de personas en contexto de pandemia.
La otra cara de la moneda se presenta en la industria del entretenimiento y el mundo de la cultura, ambos sectores fuertemente golpeados por la crisis sanitaria.
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Desde la Red de Asociaciones de la Música Chilena (RAM), organismo que reúne a decenas de gremios del circuito musical y artístico, han argumentado que el mega concierto es una instancia clave para el desarrollo económico del área y para sus más de 9 mil trabajadores.
Esto lo recoge el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego (DC), quien en conversación con CNN Chile, defendió la realización del Lollapalooza.
Previamente a la decisión que tomó el Concejo Municipal sobre llamar a una consulta ciudadana, Orrego advirtió que según la productora Lotus, sería muy tarde para trasladar el festival a otro recinto dentro de la capital.
“Este es un evento de escala ciudad, no es solamente de una comuna en particular. Es un evento artístico, cultural, de estatura internacional, que trae artistas fantásticos del resto del mundo, pero también del ámbito cultural chileno, que ha estado tan deprimido producto de la pandemia“, señaló.
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La autoridad también planteó que la franquicia creada por Perry Farrell es algo que la ciudadanía se merece, por los tiempos difíciles que se han enfrentado con la crisis que vive el país y el mundo.
“No estoy defendiendo a una empresa, estoy defendiendo a un festival que es importante para la ciudad y por supuesto que hay que hacer las cosas bien“, explicó.
Orrego cree que la solución se encontraría en atender las demandas de los vecinos y ampliar las exigencias de calidad del evento, tanto para ellos, como para el medio ambiente, los asistentes, realizadores y artistas.
“Yo espero que el Consejo Municipal de Santiago entienda que una cosa es escuchar a los vecinos, que por supuesto, siempre es importante (…) pero al mismo tiempo uno no puede prohibir lo que ahí se hace”, aseveró.
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Más bien lo que se debería hacer, propone el gobernador, es cumplir todas las exigencias de los vecinos, pero sin que sea “a costa de sacrificar algo importante para la ciudad“.
Orrego cree que la inyección cultural y artística que ofrece Lollapalooza podría ayudar a una ciudad que está “deprimida, está bastante triste”. Por lo mismo valoró que el festival ofrezca este año una serie de conciertos gratuitos, anexos al evento principal.
“Esto está a la vuelta de la esquina, no se puede hacer un plan maestro de un evento de esta envergadura de la noche a la mañana”, advirtió además la autoridad regional, agregando que otra propuesta sería autorizar este año el festival en el Parque O’Higgins y garantizar un nuevo espacio para las ediciones futuras.