Minuto de confianza de Fernando Paulsen: “La disputa electoral actual es un escenario ideal para construir a un enemigo y empapelarlo a garabatos”
Por Fernando Paulsen
26.05.2024 / 23:35
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El periodista y panelista de Tolerancia Cero entrelazó el rol del odio y rabia con la política y en particular con las elecciones y la influencia de ambas emociones no solo en los discursos de campaña sino en las mentes de quienes emiten el voto popular.
La diferencia entre el odio y la rabia, según el diccionario, es que el odio es un sentimiento persistente contra algo o alguien, mientras que la rabia es una emoción ante algo o alguien que molesta o perturba. El odio forma parte de tu formación y esencia; la rabia es volátil: viene y se va.
En política, un enemigo tiene que ver con el odio. Mientras que la disputa electoral con un adversario puede alcanzar a veces algo de ira pasajera.
El problema aflora cuando en una elección se necesitan votos para ganar. Y una manera rápida de obtenerlos es construir un enemigo durante la campaña, hacer de cada discurso un palacio del odio, a punta de insultos, gritos y amenazas. Que esa estrategia da dividendos lo hemos visto recientemente en varios países. Y lo que, en política, da resultado rápidamente se imita.
Probablemente, vamos a tener más candidatos y candidatas que nunca con el insulto y frases amenazantes a flor de boca. No porque ellos y ellas sean así, sino porque eso puede generar victorias.
La disputa electoral actual es un escenario ideal para construir a un enemigo y empapelarlo a garabatos. El contenido político y promisorio de esa campaña parece débil frente a la misión de mantener al electorado asustado y deseoso de ver al superhéroe que promete resolverlo todo, mientras basurea a destajo.
Tendremos, probablemente, ojalá me equivoque, la primera elección territorial donde, si se quiere ganar, debe primar el insulto y el grito. Donde el sarcasmo de Voltaire parezca verdad, cuando dijo: “Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera quien no piense como yo”.