Desde el atleta afroamericano Jesse Owens triunfando en los juegos nazis de Berlín 1936, hasta el complejo escenario pandémico que enfrenta la competencia en Tokio 2020, los Juegos Olímpicos guardan una historia política y social paralela. En conversación con Conexión Global Prime, Modiano hizo una retrospectiva, pero también un análisis de los juegos: "debido a su gran alcance, hay mensajes lícitos e ilícitos que siempre van a estar permeando su realización".
Por estos días se celebran los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que salieron adelante a pesar del aumento de contagios por COVID-19, detectado algunos días después de que comenzara la gesta deportiva mundial.
Poniendo en retrospectiva este complejo contexto, Conexión Global Prime profundizó en la historia cultural, política y económica -pero sobre todo simbólica- que ha rodeado a los juegos, marcando muchas veces su ritmo y dejando una huella indeleble a través de los tiempos.
En conversación con la historiadora y periodista Pilar Modiano, la autora de Historia del Deporte Chileno. Orígenes y Transformaciones (1850-1950) destacó los juegos de Berlín 1936, “en el apogeo del dominio Nazi, cuando Hitler aprovechó muy bien la eclosión de las comunicaciones masivas”.
“Además de dejar registrado el evento en una película de gran calidad técnica, dirigida por una mujer, Leni Riefenstahl, la idea fue entregar el mensaje de que Alemania era la potencia que se convertiría en la próxima dominadora del mundo“, indicó.
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Dicho año, afirmó, “Alemania hizo la demostración de su grandeza y del poder que tenía este pueblo sometido a la ideología totalitaria”.
Aquellos juegos fueron también los del triunfo de Jesse Owens, el atleta afroamericano que ganó las carreras de velocidad. “Fue una bofetada para Hitler, porque en ese momento en que se estaba hablando un lenguaje de supremacías raciales, políticas e ideológicas, Owens era también un símbolo del llamado mundo libre“, recordó la historiadora del deporte.
En el mismo país, pero en el año 1972, los juegos fueron escenario de una tragedia: la masacre de Múnich. “Era importante para Alemania, porque estaba reivindicando su imagen“, recordó Pilar Modiano. La importancia mundial de los juegos fue aprovechada por un comando de liberación palestina Septiembre Negro, que secuestró a los atletas israelíes.
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“Cuando se vieron atrapados por la policía, decidieron matar a los atletas, algo que manchó el evento y los triunfos de ese año (…) debido a su gran alcance, hay mensajes lícitos e ilícitos que siempre van a estar permeando la realización de los juegos”, sentenció Modiano.
Asimismo, la política volvió a utilizar los juegos para reflejar la Guerra fría. En Moscú 1980, recuerda la historiadora “EE.UU se declaró en boicot por la reciente invasión que había hecho la Unión Soviética en Afganistán”. En respuesta, los soviéticos no asistieron a Los Angeles 1984, “las definiciones políticas son las que finalmente se imponen”, reflexionó Modiano.
“Todos los países hacen de las olimpíadas un evento codiciado, utilizándolo como el espejo por el cual reflejan sus logros”, afirmó la también periodista. “En el caso de China [Beijing 2008], fue su apertura económica, mandando el mensaje de que ahora eran potencia mundial y sus deportistas eran sobresalientes”.
Mirando más recientemente a Brasil, con los juegos de Río 2016, Modiano afirmó que “fue una especie de lavado de imagen, porque siempre han tenido prestigio a través del fútbol, de que a pesar de los problemas sociales de narcotráfico y favelas, la pobreza y su gran deuda económica, se trató de levantar al país ante los ojos del mundo”, en este caso, añadió, “los juegos fueron una especie de palanca moral“.
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Finalmente, en cuanto a la participación de las mujeres a través de la historia de los juegos, “como ha sido en todos los avances de rol políticos y sociales en la historia de las mujeres, poco a poco, pero muy decididos”, comentó la historiadora. En 1900, paralelamente a la exposición universal de París, seis mujeres participaron en dos pruebas: tenis y golf.
En 1922 y 19626, las mujeres organizaron sus propios juegos femeninos. Tan notables fueron, que en 1928 la organización se vio presionada a integrarlas. Sin embargo, destacó Modiano, “la participación de mujeres recién alcanzó un 40% en Atenas 2004, más de un siglo, es demasiado”.