Luego que Donald Trump haya intercedido para que no despojaran de sus honores al suboficial de la Marina, "se generó un estallido dentro de las Fuerzas Armadas" que terminó con la renuncia del secretario de la Marina de Estados Unidos, Richard Spencer.
El caso Edward Gallagher “ha removido la institucionalidad militar en EE.UU.”, señala el analista internacional Raúl Sohr, quien en Última Mirada explicó los detalles de la polémica.
Se trata de un suboficial muy condecorado de la Marina que ha pasado por muchos países en que han sido desplegadas Fuerzas Especiales estadounidenses. “Pertenece a la unidad de élite más importante, los Navy SEALs, que demandan una alta exigencia física y psicológica y que son enviados a situaciones extremadamente complejas”, apunta.
En ese sentido, el experto indica que sirvió en Irak y en 2017 se tomó una foto con el cadáver de un joven militante del Estado Islámico al que había apuñalado.
“La foto llegó a oídos de las autoridades y le abrieron un juicio, en donde no pudieron probar los asesinatos, sin embargo, Gallagher había violado el código en cuanto a respetar la dignidad de los prisioneros: está prohibido tomarse fotos”, relata Sohr. “Por ese delito lo bajan de rango y deja de ser miembro de los Navy SEALs”, agrega.
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El analista detalla que el caso fue tomado por la cadena Fox para “presentarlo como una suerte de Rambo, un hombre rebelde, duro, al que la burocracia militar reprime”.
Cuando el presidente Donald Trump se entera de la situación, tuiteó que “NO se le despojará” del Broche Tridente que caracteriza a los miembros del equipo al que pertenecía Gallagher. Posteriormente, el mandatario le devolvió la graduación y dejó entrever que le había pedido la renuncia al secretario de la Marina de Estados Unidos, Richard Spencer.
“La situación generó un estallido dentro de las Fuerzas Armadas que terminó con la renuncia de Spencer”, dice Sohr.
“Entrometerse en una situación así casi no tiene precedentes y ya Trump había perdonado a una serie de transgresores que habían cometido crímenes dentro de las FF.AA. en el desempeño de sus funciones”, comenta el analista.
“El presidente Trump es el comandante en jefe de las fuerzas, por lo tanto, su opinión prevalece, pero esto generó un malestar tremendo”, complementa.
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Al respecto, el analista internacional manifiesta que se pueden hacer cursos de DD.HH., se puede explicar racionalmente a las tropas cómo comportarse, pueden estudiar los protocolos, sin embargo, “en definitiva es el mando el que ejerce en la práctica la doctrina y donde hay un laissez faire, donde se ignoran los crímenes, lo que estás haciendo es invitar a que se cometan nuevos crímenes”.
“El caso Gallagher termina en un gran malestar hacia Trump por haberse inmiscuido en la Marina y al haber dado luz verde a Gallagher, invita a otros soldados a que transgredan las normas sin que eso les traiga ninguna consecuencia”, puntualiza Sohr.
Finalmente, Edward Gallagher se retiró con pensión completa y conserva sus emblemas y honores correspondientes.