Sería “como Cuba o Corea del Norte”: Sepúlveda y llamado del PC a la comunidad internacional ante situación en Venezuela

Por Eduardo Sepúlveda

25.08.2024 / 23:46

"Pedirle a la comunidad internacional que se abstenga de intervenir es hacerla cómplice de un régimen que viola los derechos humanos y que obliga a sus ciudadanos a dejar el país para buscar una vida razonable", comentó el panelista de Tolerancia Cero en su minuto de confianza.


Hoy se cumplen cuatro semanas desde las elecciones presidenciales en Venezuela. Después de todo ese tiempo, ya “no hay duda de que estamos ante una dictadura que falsea elecciones”. Esta última afirmación no es original mía; es una frase del presidente Gabriel Boric. Y resuelve varias disyuntivas que rondaban en el ambiente.

Lo primero es que, zanjada la sospecha sobre el fraude electoral, ya resulta inconducente seguir pidiendo que se exhiban las actas de votación, que por lo demás el régimen ha escondido por casi un mes.

Y el segundo misterio que aclara es si el actual Gobierno de Chile considera o no al régimen chavista de Maduro como una dictadura. Y sí, “estamos ante una dictadura”, como dirimió el presidente Boric.

Por eso llaman la atención las palabras de hoy del presidente del Partido Comunista y la declaración que esa colectividad difundió también hoy, cuando se cumplen cuatro semanas de la elección. Lautaro Carmona sigue negándose a reconocer que el régimen venezolano es una dictadura y el PC no se mueve de pedir las actas del proceso eleccionario.

Pero la declaración de la comisión política del PC pone un énfasis. Dice: “Instamos a la comunidad internacional a abstenerse de adoptar posturas que puedan fomentar un clima de confrontación en Venezuela”.

El problema con ese llamado es que si nadie hace nada, si la comunidad internacional se mantiene al margen, las cosas se quedarán como están, con ese país gobernado por una dictadura que falsea elecciones para quedarse en el poder para siempre, como Cuba o Corea del Norte.

El status quo favorece a Maduro, y pedirle a la comunidad internacional que se abstenga de intervenir es hacerla cómplice de un régimen que viola los derechos humanos y que obliga a sus ciudadanos a dejar el país para buscar una vida razonable.

A nadie le pueden exigir convertirse en cómplice.