Urrejola y órdenes de expulsiones vigentes: “Se espera que la autoridad aspire a torcerle la mano” a la crisis migratoria

Por Carolina Urrejola

06.09.2024 / 11:27

En Cuestión de Opinión, la conductora de CNN Chile Radio se refirió a la crisis migratoria que enfrenta el país, en la palestra nuevamente, luego de que el Gobierno reconociera que existen 30 mil órdenes de expulsión que aún no se han ejecutado.


En la era de la transparencia total, hay momentos en que uno como ciudadano preferiría que las autoridades fingieran cierta normalidad, no que mintieran, pero que evitaran hablar con una honestidad, a veces, demasiado brutal.

En Chile hay vigentes 30.000 órdenes de expulsión pendientes que el Gobierno no logra hacer efectivas, en parte por razones ajenas a su voluntad; como que los países receptores no quieren recibir de vuelta a sus ciudadanos, según reconoce el Ministerio del Interior, agravado -agregan- por el cierre del Consulado de Venezuela en Chile.

Luis Eduardo Thayer, director nacional de Migraciones del Gobierno, anuncia que ha habido una baja de los ingresos irregulares en el último tiempo, pero admite que de aquí a fin de año es imposible expulsar a 30.000 personas.

Varias consideraciones; una minoría de migrantes irregulares comete delitos y eso siempre hay que decirlo, pero con esa minoría hay que ser implacables. El resto pueden ser personas que entraron irregularmente sin intención más que la de trabajar y surgir, que trabajan con usted en su pyme o en nuestras casas, en el caso de las mujeres migrantes que prestan servicios de cuidado.

¿Qué se hace con ellos, se les regulariza o se les expulsa a todos por igual?, si no se los recibe de vuelta, ¿quedan en tierra de nadie en una frontera peligrosa? Esto lo impide la doctrina internacional de los derechos humanos que Chile suscribe.

Volvamos a la honestidad brutal de Thayer. Él dice que es “imposible” expulsar a los migrantes por las razones expuestas. Una autoridad no debiera declarar como imposible algo a lo que está mandatada por la ley, por muy realista que quiera ser, lo que se espera de una autoridad es que aspire a torcerle la mano en un posible.

Si el Estado es incapaz de hacer cumplir la ley, ¿qué nos queda? No es una frase afortunada la de Thayer.

El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, afirmó en CNN Chile Radio hace algunas semanas que se estima que entre 2 y 3 millones de venezolanos dejarán su país tras los resultados del 28 de julio, en las que Nicolás Maduro reafirmó fraudulentamente su continuidad.

De ese total, un 10% podría llegar a Chile, es decir, entre 200 y 300.000 migrantes.

El diputado oficialista Vlado Mirosevic, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, asegura que la capacidad migratoria de Chile “se copó”, cosa con la que concuerda Thayer y la oposición celebra que finalmente el Gobierno deje de romantizar la inmigración y reconozca la crisis, tema que se tomó la Cumbre de Seguridad en Cerro Castillo.

Los ciudadanos no necesitamos imposibles, solo esperamos que el Estado, con la fuerza y las herramientas que le da la ley, habilitado por acuerdos políticos urgentes como la definición de quién se queda y quién se va, ejecute las órdenes de expulsión.