Esta semana, la OCDE llegó a Antofagasta para darle el vamos a un trabajo colaborativo que durará un año y que se proyecta como histórico: la Estrategia Regional Minera 2023-2050.
Antofagasta es conocida como la capital minera de América Latina. Sin embargo, hoy la región tiene nuevas ambiciones, ya que busca posicionar este título a nivel mundial con altos estándares en una minería sustentable, cuidado medioambiental y vinculación entre las comunidades.
Esta semana, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) llegó a Antofagasta para darle el vamos a un trabajo colaborativo que durará un año y que se proyecta como histórico debido a su mirada de largo plazo: la Estrategia Regional Minera 2023-2050.
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Ricardo Díaz, gobernador de Antofagasta, sostuvo que esta estrategia “no va a ser solo una catarsis en donde planteemos las debilidades que tenemos, sino que también debe ser una instancia de proyección del futuro, cómo desde el territorio ayudamos a que la industria minera crezca con un sentido de sostenibilidad”.
Por su parte, Enrique Garcilazo, jefe de división y unidad política regional y rural OCDE, señaló que “al final del día lo que la OCDE hace es identificar recomendaciones concretas (…) que se van a presentar en nuestro comité y en este comité, una vez que se apruebe, ya es un producto de la OCDE”.
El estudio reunirá al gobierno regional, la industria minera, universidades y comunidades, con el fin de hacer un diagnóstico de la situación minera en la región y diseñar lo que será la estrategia. Esto será en cooperación con especialistas y gobiernos internacionales que comparten la actividad minera como Canadá.
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Durante un año distintos sectores compartirán experiencias, retos y discutirán prioridades sobre su visión del futuro de la minería. En esta instancia no podía faltar una de las mineras más grandes a nivel mundial, BHP, quienes en la región de Antofagasta tienen dos importantes faenas de la compañía: Spence y Escondida.
“Es muy importante dado nuestro propósito de ir siempre buscando la unión de personas y recursos. BHP y Escondida tienen una posición muy fuerte en la región y esta oportunidad que nos dio el gobernador para abrir esta conversación es muy buena para que la minería -con la comunidad y el gobierno- pueda fijarse un plan de acción a largo plazo”, dijo Jim Whittaker, presidente de Escondida | BHP.
Por su parte, el gerente de Asuntos Públicos Norte de Antofagasta Minerals, Jorge Araneda, valoró la instancia de diálogo para compartir desafíos complejos para la industria en un contexto en que la población está cada vez más empoderada.
“Esperamos que esto se traduzca en una agenda clara, transparente, que podamos poner al servicio de la ciudadanía para que los beneficios lleguen a todos, para que podamos componer las relaciones con los pueblos originarios, con todas las comunidades donde estamos presentes. Estamos convencidos que es posible una industria y una región con futuro y con un futuro donde estamos todos llamados a participar”, señaló el ejecutivo.