A solo nueve días del final de su gobierno, el presidente de Argentina recibe a CNN en la Quinta de Olivos y deja las últimas definiciones de su paso por el sillón de la Casa Rosada.
(CNN) – El próximo 10 de diciembre, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, entregará el bastón de mando a Javier Milei que, en una carrera meteórica, logró llegar a la presidencia en solo dos años desde la fundación de su partido de derecha, La Libertad Avanza.
El partido peronista, que logró llegar al balotaje con el ministro de Economía, Sergio Massa, como candidato, deja un legado difícil de comandar: más del 140% de inflación interanual, un 40% de pobres y escasas reservas de moneda extranjera combinado con un alto endeudamiento.
Ahora, a solo nueve días del final de su gobierno, Fernández recibe a CNN en la Quinta de Olivos y deja las últimas definiciones de su paso por el sillón de la Casa Rosada.
“Quería terminar con la grieta y no pude. Eso es una gran frustración para mí”, reconoce. No solo no logró el acercamiento con la oposición que, además, se radicalizó hacia la derecha siguiendo una tendencia de otros países de la región y del mundo, sino que, además, las peleas expuestas públicamente con su vicepresidenta y principal dirigente del espacio político, Cristina Fernández de Kirchner, corroyeron la confianza de propios y ajenos.
“Yo no me peleé con Cristina”, dice Fernández, “el problema es que nosotros planteamos las diferencias y, tal vez, somos más vehementes que otros, pero nunca tuve un juicio adverso hacia ella (…) Tenemos miradas diferentes, las tuvimos y las tenemos, claramente. Pero eso no quiere decir que estemos peleados”. Aunque sugiere que ya no hay diálogo entre ellos, “si yo hablara con Cristina o no, no es importante”.
Luego de las elecciones legislativas de 2021, en las que el oficialismo perdió frente a su entonces principal opositor, Juntos por el cambio, el gobierno de Fernández inició un proceso de fricción que derivó en la presentación de renuncia de varios ministros del núcleo duro kirchnerista. Entre ellos, el titular de la cartera de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, un hombre muy cercano a Fernández de Kirchner. Ante la consulta de por qué no aceptó esas declinaciones y empezó una nueva etapa de gobierno con más protagonismo, el presidente saliente responde que su prioridad siempre fue la de “preservar al peronismo”. “Jamás me voy a arrepentir, aunque signifique un costo personal para mí”, agrega.
Uno de los cuestionamientos que Fernández recibió de distintos sectores en los últimos meses fue la poca participación en la vida pública. Incluso, se señalaba al candidato oficialista y ministro Massa como quien tomaba las decisiones de Gobierno. “No fue así, cuando resolvimos que Sergio sea el candidato de la unidad, decidí darle el protagonismo que necesitaba y lo acordé con él”, aclara y agrega: “Las medidas que se tomaron fueron medidas que firmé yo, que previamente habló conmigo y con las que estuve de acuerdo”.
Vacunatorio VIP y escándalo por cumpleaños en Olivos
Dos momentos críticos del gobierno de Fernández tuvieron que ver con dos sucesos que ocurriendo durante el peak de la pandemia de COVID-19 en Argentina y en el mundo.
Cuando todavía las vacunas eran un bien escaso y Argentina recibía las primeras dosis para comenzar a impartir en la población, el ministro de Salud de ese momento, Ginés González García, facilitó la vacunación de allegados sin que cumplieran con el orden establecido en ese entonces.
Luego de que el escándalo saliera a la luz, González García renunció a su cargo.
En diálogo con CNN, Fernández dijo que “fue una injusticia con Ginés“.
La causa judicial que investiga los presuntos delitos de “abuso de autoridad y peculado de bienes” todavía se encuentra en etapa abierta, a cargo de la jueza federal María Eugenia Capuchetti. En distintas oportunidades, Ginés García González se declaró inocente.
Otro hecho que generó muchísimo repudio fue “la foto de Olivos”. Un festejo de cumpleaños de la primera dama que se realizó en la residencia de Olivos en plena etapa de aislamiento. En ese aspecto, Fernández reconoció que fue uno de los principales errores de su gobierno.
Sus aliados políticos en el mundo en contraste con la postura de Javier Milei
En una repisa de su despacho de Olivos, Fernández tiene dos fotos con Lula Da Silva, a quien califica como un gran amigo. En cambio, el presidente electo de Argentina, Milei, dijo en más de una oportunidad que no tendría vínculo ni relaciones comerciales con Brasil. Lo mismo ocurrió con China, en ambos casos por ser países “comunistas”, desde su punto de vista. Durante la entrevista, el actual mandatario se refirió a este asunto: “Seguir creyendo que en el mundo existe el comunismo es algo casi ridículo”, afirmó.
Hay que decir que, tras ganar las elecciones, Milei envió una carta a Lula para invitarlo personalmente a que asista a su asunción, y también le escribió a lider de China Xi Jinping para resaltar el valor de las relaciones con la potencia asiática.
También, es de público conocimiento, la admiración y referencia del líder de La Libertad Avanza con el expresidente Donald Trump. En este sentido, Fernández se manifestó contundente: “Milei se presenta como un gran trumpista”, dice y rápidamente se diferencia. “Yo tuve una muy buena relación con el gobierno de (Joe) Biden, cuando necesitamos su ayuda la tuvimos”, explica.
En cuanto a su posición con Cuba y Venezuela, el presidente argentino afirma que existe un “bloqueo” económico como un factor fundamental a tener en cuenta. “Los bloqueos no castigan a gobiernos, castigan a pueblos. Los cubanos que se quieren ir de Cuba, se quieren ir porque no se puede vivir en Cuba y, entre otras cosas, no se puede vivir en Cuba por el bloqueo. Y los venezolanos que emigraron de Venezuela, emigraron porque no se puede vivir en Venezuela y, entre otras cosas, no se puede vivir en Venezuela por el bloqueo”, dice y agrega que son necesarias las elecciones transparentes en el país bolivariano. “Quiero que Venezuela tenga unas elecciones gubernamentales y generales para el gobierno nacional, limpias, transparentes y que gane el que tenga que ganar”, afirma.
El embargo de EE.UU. a Cuba tiene una larga historia detrás, pero no le impide hacer negocios con otros países o recibir inversiones extranjeras. En Venezuela, existen sanciones económicas a funcionarios del gobierno y el sector petrolero estatal, algunas que fueron suspendidas recientemente.
Su viaje frustrado a visitar al papa Francisco
Por último, Alberto Fernández habló de su viaje frustrado al Vaticano, en donde tendría un encuentro con el papa Francisco antes del fin de su gobierno. “El papa hizo mucho por Argentina en silencio y quiero que lo sepan los argentinos y agradecerle personalmente”, dice y contesta que no le sorprendió que se comunicara con Milei, tras su triunfo electoral. “Tiene una enorme grandeza, el papa, es el líder moral más importante del mundo”, reflexiona.
¿Cómo quiere que lo recuerde la historia?
Fernández dice que quiere ser recordado “como un presidente que dejó todo y no se llevó nada”. ¿Es esto un tiro por elevación a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, investigada por corrupción en distintas causas?, se le pregunta. “No (…), la Argentina ha tenido una historia de corrupción que no empezó con Cristina, empezó mucho antes”, retruca.